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Fugacidad del capricho del secretario de seguridad pública en Acapulco

Por Julio Zenón Flores
La recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) 10/2016 lleva como epígrafe la frase "La libertad de tránsito no es negociable" referente a una queja de vecinos por la colocación de una pluma para regular el tránsito vehicular que tuvo que ser retirada.
El antecedente no significó nada en Acapulco para el secretario de seguridad pública municipal, Gerardo Rosas Azamar, quién ordenó la instalación de una de ellas en la calle Cerrada de caminos, que comunica a la calle Sonora con la avenida Cuauhtémoc, una de las más importantes de la ciudad y a diferentes vías del fraccionamiento Real Acapulco.
La pluma fue colocada el pasado mes de junio sin ningún argumento o sustento legal, sin permiso de las autoridades responsables de desarrollo urbano y vía pública y sólo mediante un comunicado del ayuntamiento aseverando que no obstruía el tránsito vehicular.
Ayer, casi un mes y medio después de la instalación caprichosa del secretario Rosas Azamar, su juguetito ya estaba inservible, completamente doblada, como si hubiera sido jalada con un vehículo pesado.
Apenas tres semanas atrás la caprichosa construcción había sido embestida accidentalmente por un autobús de pasajeros foráneos, de la central camionera privada que se ubica en la esquina de esa vía con la avenida Cuauhtémoc, pero en esa ocasión sólo quedó una abolladura. Ahora fue completamente doblada.
Las autoridades municipales, sin embargo, no han mandado retirar ese artefacto, quizás el titular de la SSP tenga tanto poder de persuasión para engañar a sus jefes, los ediles y en particular a la Sindica Leticia Castro Ortiz, que es la máxima autoridad en el tema de seguridad y procuración de justicia municipal.

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