Fertilizante - pobreza: ecuación minimizada

Textos y claves ...

Miguel Ángel Arrieta

Si hay quienes concluyen que la intensa polarización en cuanto al tema de la fallida distribución del fertilizante significa que el conflicto ya tocó fondo, entonces no han entendido que ni todas las explicaciones periféricas presentadas por la 4T se acercan a la realidad.
El problema en su conjunto; -bloqueos, toma de ayuntamientos, retención de funcionarios, saqueo de bodegas y una creciente movilización nacional- se desbordó debido a esa conducta propia de todos los gobiernos de cualquier partido para esconder situaciones de crisis.
El doble discurso del coordinador nacional del Programa del Fertilizante, Jorge Gage Francoise, ha sido evidente desde el inicio del conflicto.
Por lo menos, en tres ocasiones estableció flechas límite para cumplir con el reparto del agroquímico y no cumplió ninguna.
Conocí a Jorge Gage en la conferencia mañanera de Andrés Manuel López Obrador, cuando el presidente lo llevó para responder porque colapsó en Guerrero la entrega del fertilizante. Gage dijo estar en desacuerdo con el cuestionamiento que le hice sobre porqué asumió el papel de funcionario fifí y no se había hecho presente en el campo para resolver conflictos.
Públicamente afirmó haber venido a Guerrero en varias ocasiones pero discretamente.
Al terminar la conferencia se acercó a mí y sonriente admitió: "no voy a Guerrero porque soy el funcionario al que los campesinos más le interesa retener, tú me entiendes", dijo.
Después me pidió mis datos y aseguró que la próxima visita que hiciera a la entidad me invitaría para dejar constancia de su presencia. Obviamente, nunca cumplió.
Ahora que la crisis del fertilizante establece posibilidades de hambruna en comunidades indígenas ante una reducción en la producción de cosechas orientadas al autoconsumo, Gage Francoise aplica cuentas de aritmética burocrática para revertir el peso de la realidad.
Pero de acuerdo a datos del Coneval, en Guerrero hasta 2018 se tenía registrado un porcentaje de que el 35.6 por ciento de la población carece de ingresos suficientes para tener acceso a la alimentación. Y un 23.2 por ciento sobrevive como población altamente vulnerable por carencias sociales, es decir poco más de 820 mil guerrerenses cuya precaria alimentación depende de los granos producidos en sus propias parcelas.
Un estudio de la Dirección de Investigación Sociológica de la UNAM, revela que en Guerrero hay comunidades que sufren una situación parecida a la hambruna y la presencia de cualquier factor que merme su producción agrícola, las coloca automáticamente en esa clasificación.
Todas las interpretaciones dadas hasta ahora por Jorge Gage, se alejan del marco referencial estadístico de la pobreza documentado por organismos nacionales y extranjeros y se desprende únicamente de una visión política sin conocer ni tener la más mínima idea de lo que es el campo guerrerense.
En el fondo, lo que se aprecia es un fracaso derivado de la inexperiencia, la frivolidad y el autoritarismo justificado en aquello de que en pasado todo fue pecado y el presente es pura virtud.
El tamiz de la renovación no es malo, el problema es la inutilidad de quienes no saben articular los cambios.