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El día que pusieron de rodillas al SUSPEG en Acapulco

TRASFONDO INFORMATIVO

Por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO

Con la cola entre las patas, este 24 de junio (el mero día de San Juan), el líder estatal del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG), David Martínez Mastache tuvo que venir a encabezar la firma de la minuta de acuerdos con el Ayuntamiento de Acapulco, que sus secretarios seccionales se habían negado a hacer.
Una semana de paro laboral, una semana de no recoger la basura, de cerrar el relleno sanitario, de no recaudar recursos propios en las oficinas de recaudación, de no atender necesidades de la población que requiere de servicios públicos, para nada, le dijo un reportero este lunes al dirigente estatal del SUSPEG.
Si el objetivo era económico, fallaron, porque lo que se firmó este lunes fue el mismo 4 por ciento que la alcadesa Adela Román Ocampo había aceptado desde el viernes 14 de junio, tres días antes de que empezara el paro.
Si el objetivo fue defender el derecho “conquistado” para que el sindicato unilateralmente pueda decidir las basificaciones y recategorizaciones, fallaron, pues al final admitieron la comisión mixta, que además siembra el precedente para que se los exijan otros ayuntamientos del estado de Guerrero.
Si el objetivo era defender que los trabajadores que no se han podido jubilar sigan obteniendo nuevos sobresueldos llamados quinquenios, después de cumplir 25 años de basificados, también fallaron, porque a partir de esta firma ya sólo se pagarán cinco quinquenios y, en ese sentido, sólo se habrían visto beneficiados los 8 trabajadores que cobran hasta diez quinquenios.
Si el objetivo fue político, es decir, hacer ver mal al gobierno de Adela Román, con la basura acumulada en las calles, con menos recursos propios, sin atención a la demanda ciudadana y con ello generar desestabilización para explotar su salida del País, fallaron, porque nada se salió de control, al menos no de los parámetros, bajos por cierto, que se han vuelto normales en Acapulco.
El calificativo de “paro loco” le quedaría bien a este remedo de lucha sindical que no obtuvo nada, en absoluto y hasta vio exhibido a unos de sus líderes seccionales, Humberto Piza, quien en pleno paro, ante la sola petición del patrón, es decir de la alcaldesa, rápido corrió a abrirle el relleno sanitario. Eso, si hubiera sido un paro real, sería esquirolaje.
La verdadera ganadora de esta medición de fuerzas es la alcaldesa Adela Román Ocampo, quien mostró su capacidad para hacer valer la ley, cosa en la que tiene larga experiencia, tras su ejercicio como magistrada y logró lo que pocos pueden presumir: una comisión mixta para plazas y recategorizaciones, ante el sindicato más importante del estado de Guerrero.
Ella demostró que desde el principio de las diferencias que llevaron al paro, tenía la razón, por eso se fue tranquila a Colombia, les dio el día lunes –que iniciaba el paro- libre a los padres de familia, y regresó a dar un cerrojazo a lo que la pone como una buena gobernante, al menos en cuestiones legales, que ya es mucho decir, en una ciudad donde ha prevalecido la ley de la selva.
Y es que los líderes del SUSPEG no están hechos para la lucha sindical, están hechos para la transa. En las administraciones anteriores, en el nombre de la gobernabilidad les concedían todo, y si no a la base, al menos sí a los líderes, a los cuales había que revisarles sus elevados salarios, y que ante su falta de ejercicio sindical se acumularon adeudos al ISSSPEG, lo que impide las jubilaciones y a veces hasta el servicio médico, adeudos al Infonavit, descuentos indebidos a los trabajadores y muchas otras arbitrariedades que vivía la clase trabajadora, mientras los líderes vivían como virreyes.
Hoy les han dado una lección. Tendrán que lamerse las heridas y replantear su situación a futuro, sobre todo luego de que también en el Congreso del estado les dieran palo, al perder el porcentaje de aumento salarial que venían recibiendo desde hace 13 años.
En Acapulco, incluso, fue la alcaldesa la que defendió el interés de los sindicalizados: a partir de ahora las plazas y recategorizaciones se darán a quien realmente tenga derecho, no a los amigos, recomendados del alcalde en turno, o a aquellos que las pagaban, con mucho esfuerzo.
Esta partida la ganó Adela. Punto para la alcaldesa de Acapulco.


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