Son las 9:00 de la mañana y el sol ya ha despuntado entre los cerros del parque nacional del Veladero que flanquea Acapulco por el lado oriental, donde se ubica la colonia Icacos, la alta Costa Azul y las instalaciones de la octava zona Naval de la Marina Armada de México.
Normalmente a esta hora la temperatura en el puerto rondaría los 27 a 29 grados y los vendedores ambulantes que empiezan a recorrer la playa ofreciendo desayunos o baratijas como llaveros, ceniceros o pequeñas figuras de artesanía local estarían sudando, pero últimamente las cosas han cambiado.
Hoy el clima es de 24 grados y el agua de la playa se siente como de diez. Fría al tacto. La piel se heriza al meter los pies precavidamente, antes de decidirse a la zambullida total y bracear los primeros diez metros hacia la Bocana. El lugareño sabe que el agua fría puede propiciar un calambre que le inmovilice una pierna y que también es el clima que atrae medusas o malaguas como se les conoce aquí.
Los 24 grados Celsius de la temperatura de hoy en Acapulco son relativamente altos pues en días pasados, casi rondando la primavera de la cual ha transcurrido ya casi un mes, el termómetro llegó a registrar 20 grados centígrados.
La explicación que han dado los expertos es el cambio climático global, que ha hecho que ocurran fenómenos atmosféricos no vividos antes.
En Acapulco los cambios se empiezan a sentir en el clima pero no han llamado aún la atención de las autoridades.
El turismo sigue llegando en espera de sudar, refrescarse en el mar y huir del frío... hasta que el clima nos alcance.
Enviado desde mi Huawei de Telcel.
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