Del handicap del presupuesto de Egresos en Guerrero
Por Julio Zenón Flores Salgado
Para el estado de Guerrero resulta inédito que se inicie el
año nuevo sin tener aprobado el presupuesto de egresos de la entidad, por parte
del poder legislativo.
Aunque nadie debe entrar en pánico por esta situación,
debido a que la Constitución establece claramente las medidas a considerar en
el caso de que se registrara una situación así, resulta sí preocupante pues
refleja la situación que se vive al interior del poder legislativo guerrerense,
donde la correlación de fuerzas se modificó a raíz de la salida del ex
coordinador de la fracción de Morena, Pablo Amilcar Sandoval Ballesteros, quien
pidió licencia para asumir el cargo de coordinador de los programas federales
del gobierno de la República dejando en su lugar a su compañero de bancada
Antonio Helguera Jiménez.
Lo que más preocupa
de la falta de aprobación del presupuesto de Egresos de la entidad guerrerense,
pese a que el documento fue entregado con la debida anticipación ya que el
secretario de Finanzas estatal Tulio Pérez Calvo lo dejó en la mesa directiva
de la legislatura desde mediados de octubre del año pasado, para ser analizado
por los legisladores, lo que más preocupa, insistimos, es la clara muestra de
la parálisis legislativa generada en uno de los poderes de la soberanía del
estado.
La parálisis es motivo de una mala operación política y tiene
un mayor impacto negativo cuando se refleja en los momentos más críticos, como
el presente, cuando es necesario ponerse de acuerdo para aprobar el presupuesto
de Egresos estatal.
Por encima del marco teórico que obligaría a los diputados
que no saben de la importancia de sus funciones a tomar clases y talleres de
capacitación que les enseñe el abc de la real polítik, toda acción u omisión
tiene una consecuencia, que en su caso más exagerado puede llevar incluso a que
se declare en desacato al congreso y las decisiones se tomen en otras
instancias y no en el soberano poder de los diputados por los cuales votó el
pueblo en los distritos.
En el caso concreto de la no aprobación del presupuesto de
egresos de Guerrero, pareciera no haber mayor problema pues se han citado los
legisladores para estas fechas de enero, tras unas inevitables vacaciones
decembrinas, para sacar el acuerdo en torno a ese punto, sin embargo, al
regresar a sesiones el problema amenaza con persistir si no se corrige esa mala
operación política que se advierte y que llevó a la paralización anteriormente
señalada.
Revisemos:
La operación política le falló al presidente de la Junta de
Coordinación Política, Antonio Helguera Jiménez, a quien al parecer no le ha
caído el veinte de que él es el coordinador de la fracción mayoritaria del
congreso, Morena, y el responsable de la buena conducción política del H
Congreso de Guerrero y no su antecesor. Esto le ha llevado a que en vez de
consultar a sus compañeros de bancada y a los coordinadores de las otras
fracciones parlamentarias para afinar la contrapropuesta a la propuesta del
ejecutivo, priorice la consulta y la opinión de su antecesor, que ya no
despacha en el congreso, sino en sus oficinas federales, Pablo Amilcar
Sandoval. Y sí eso fuera entendible, lo que no se comprende es cómo es que ni
siquiera por cortesía tomara en cuenta al presidente de la comisión de
Presupuesto y Cuenta Pública, Alfredo Sánchez Esquivel.
También le falló a Amilcar Sandovar la operación política
pues en vez de buscar el consenso con las otras fuerzas políticas, incluyendo
el alineamiento de los 24 votos de Morena, ha optado en tratar a Helguera
Jiménez como si fuera uno de su empleados y sólo ordenarle qué cambios hacer
cuales no hacer en la propuesta original que llegó con el paquete fiscal.
También le falló la operación política, aunque tal vez en
este caso sea más entendible, al contador público zeferinista Carlos Reyes
Álvarez, verdadero artífice de la contrapropuesta a la del gobernador
Astudillo, que durante la semana completa que estuvo acuartelado a piedra y
lodo en el hotel Holliday inn, de Chilpancingo, no pudo conseguir el consenso
de las fracciones no obtener los votos necesarios para aprobar el presupuesto
en este caso propuesta por Sandoval Ballesteros y elaborado por el zeferinista Álvarez
Reyes.
El problema es que la genial propuesta de Carlos Álvarez es
la reasignación de 600 millones de pesos para el rubro de caminos rurales, un
rubro que se presta mucho a la opacidad, pues se trata de brechas en zonas
muchas veces inhóspitas que no se llegan a supervisar y cuyo monto quedaría
totalmente para ser operado por Pablo Amilcar y algunos alcaldes de su
corriente, cosa que por supuesto no podría ser aceptada ni siquiera por sus
propios compañeros de fracción que esperarían mayores muestras de consideración
y que la reasignación considerara el trabajo de los diputados en sus distritos,
para cumplir compromisos de campaña.
Esa mala operación política provocó la rebelión de 14
diputados de la fracción de Morena y por ende dejar sin posibilidad de aprobar
ese presupuesto, máxime cuando ni siquiera se presentan los expedientes
técnicos o proyectos de kilometrajes de caminos a considerar.
Para que sea aprobado el presupuesto enero esas son
cuestiones que se tienen que resolver, al igual que el gobernador Astudillo
debe presentar los expedientes técnicos que le faltan ante la reasignación de
mil 800 millones más que llevó el presupuesto de los 57 mil 200 millones a los
59 mil millones de pesos aprobados en el congreso de la Unión, de lo contrario,
la parálisis legislativa continuará, dejando mal parada a la 62 legislatura y,
quien sabe, quizás se decante por donde nadie lo espere.
xxx
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