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Había una vez un dedo…


Miguel Ángel Arrieta

Si bien hasta la década pasada, -después de perder la presidencia de la República-, en el PRI surgieron voces que exigieron terminar con la asignación de candidaturas por parentesco o compadrazgo, en los hechos esta práctica no ha desaparecido del todo y de su continuidad o erradicación dependerán los resultados en la ruta 2018.
Por lo pronto, la circunstancia de permanecer en el tercer lugar de las preferencias nacionales obliga a los priistas en Guerrero a extremar cautela en la selección de sus aspirantes a competir por ayuntamientos, diputaciones locales y diputaciones federales, ya que de predominar el modelo del amiguismo entrarán en la misma mecánica de riesgos que los ha llevado a perder gubernaturas.
De hecho, la declaración del Gobernador Héctor Astudillo Flores en el sentido de que el sistema del dedazo en las candidaturas sería un suicidio para el PRI, representa el punto de partida de un proceso en el que el propio mandatario estatal jugará un factor decisivo por el interés obvio de orientar a su partido para mantener el control político del estado que actualmente ostentan los priistas.
Desde luego que el gobernador está impedido legalmente para involucrarse en esquemas electorales y partidistas, pero ello no le resta la circunstancia de liderar moralmente a los priistas en una elección decisiva.
Nadie mejor que Astudillo conoce los reductos que llevan a una derrota electoral, por tanto se ubica como una de las voces más autorizadas para opinar sobre lo que los priistas no deben hacer para poder ganar.
Astudillo sabe que si en un proceso electoral sin complicaciones el PRI pierde cuando apuesta a las imposiciones, sus probabilidades matemáticas de derrota aumentan todavía más al optar en votaciones complicadas por un modelo de selección de candidatos nombrados por amiguismo.
En la lógica partidista, las reglas para la selección de aspirantes a alcaldes son iguales para todos los municipios, desde el más pequeño hasta el más grande, y su única variante se encuentra en las condiciones sociales que presenta cada uno de las municipalidades  en sus respectivas demarcaciones.
En este contexto, el PRI Guerrero dispondrá entonces de tres escenarios que definirán candidaturas en la renovación de ayuntamientos:
El primer escenario es el de aquellos ayuntamientos donde el tricolor actualmente es oposición y por malas administraciones locales registra elevadas probabilidades de recuperar el gobierno, pero la ruta del triunfo ha sido trabajada por un solo precandidato. Colocando al PRI ante el severo riesgo de que si dicho precandidato no resulta abanderado se caen las expectativas de avance como puede ser el caso de Apaxtla de Castrejón, municipio localizado en la región Norte de la entidad.
Apaxtla es gobernado por Salvador Martínez Villanueva, perredista por accidente luego de que el PRI le negara la oportunidad de ser el candidato. Su administración ha sido reprobada por la población, y el paso para la alternancia parece ser inevitable en la figura del abogado Juvenal Santamaría Contreras, académico egresado de la UAGro, líder político en la región, personaje ligado a organizaciones de migrantes y con el consenso entre los sectores priistas para buscar la postulación, pero como la política se define en ocasiones por la sorpresa el PRI puede decidirse por otro perfil y al final de cuentas perder la oportunidad de recuperar ese ayuntamiento.
Otro escenario lo ilustra el caso de Chilpancingo, la capital guerrerense, en la que el PRI acumuló circunstancias sociopolíticas en su contra como nunca antes, lo que abre a la a la oposición la posibilidad de gobernar este municipio.
La tradición priista que caracteriza a Chilpancingo en elecciones municipales pende de un fino y delgado hilo, a menos que el PRI interprete correctamente la percepción popular sobre el candidato al que los capitalinos pueden ratificarle la confianza que le han entregado al priismo durante décadas.
El tercer escenario es el de los territorios gobernados equilibradamente por priistas cuya reelección es aprobada por gran parte de la población, pero la dirigencia estatal del partido tiene propuestas con nuevos personajes que desplazarían a quien favorecen las preferencias, como se observa en el ayuntamiento de Tecpan de Galeana.
Al final de cuentas, el priismo puede esperar con optimismo el 2018 si logra cruzar la zona de incertidumbre que significa la definición de candidaturas.
El problema es que están obligados a moverse en terrenos políticos sin la protección del dedo elector. Lo que jamás han practicado.

xxx Trasfondo informativo. También en TV, MARTES Y JUEVES a las 9:00 de la noche en el canal 76 de Cablemas-IZZI, o en www.facebook.com/trasfondoinformativo

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