TRASFONDO
Julio Zenón Flores
Las campañas para gobernador de Guerrero entraron desde ayer
en su tercera fase, cuando restan sólo 30 días de los 90 destinados a ese
proceso, desde que los registros fueron aprobados por el Instituto Electoral de
Participación Ciudadana (IEPC).
De acuerdo a los cánones clásicos de las campañas políticas,
en esta fase los candidatos debieran estar ya preparando sus cierres echando
toda la carne al asador para dejar atrás a sus contrincantes y asegurar una
victoria holgada. Y todo mundo sabe que el que gane necesita una victoria
contundente, con más de diez puntos de ventaja, para acallar cualquier protesta
poselectoral que pueda ser aprovechada por los grupos antisistémicos para anularla
y echar por el caño los 90 días de campaña y los más de 200 millones de pesos
gastados en la organización del proceso.
Fuera de los ingenuos que participan por primera vez, o de
los que lo hacen de manera simbólica para mantener presencia en los escenarios
y luego negociar algo, o aún de aquellos que solo se inscriben para no hacer
campaña y quedarse con el dinero de las prerrogativas, todo mundo sabe que la
elección de Guerrero es un asunto de importancia nacional, porque, como lo dijo
ayer en una entrevista el panista Jorge Camacho Peñaloza, Guerrero puede
incendiar al país entero.
Por ello es de considerarse para adelantarse un poco a los
resultados, los acuerdos de las cúpulas nacionales de los partidos “grandes”
PRI, PAN y PRD, que forman parte del “Pacto por México”, el cual existe,
incluso más allá de sus reuniones abiertas, donde de alguna manera los líderes
nacionales reconocen las fortalezas y debilidades de cada uno de ellos en las
diversas regiones del país y acuerdan respetarse mutuamente, es decir, de
alguna manera ser conscientes de las posibilidades de triunfo de cada uno de
ellos en su respectiva área de influencia.
No hace mucho, una mujer del PRI pidió apoyo para ser
candidata y ganar la gubernatura de un estado del país, donde el PAN es fuerte,
a quien le pidió ayuda le dijo llanamente que mejor se ahorrara su dinero,
porque esa gubernatura sería ganada por el PAN…y aún no empezaban las campañas.
Como ese, se mencionó un tiempo que el estado de Guerrero
estaba negociado para que lo ganara el PRD, que Michoacán podría ser para el
PAN y Nuevo León para el PRI. Luego las cosas se movieron en ese pacto y en
Michoacán se colocó en el centro de la negociación Silvano Aureoles, ex
presidente del congreso de la unión, amigo del secretario de Gobernación, parte
de la cúpula perredista y hombre de consensos y negociación.
En la actualidad las encuestas lo dan como casi seguro
ganador, seguido de cerca por la panista María Luisa “Cocoa” Calderón, cuya
corriente nunca ha estado de acuerdo en los pactos nacionales y hasta tercer
sitio el PRI.
Como se sabe, allá anda casi toda la burbuja perredista, su
estado mayor, casi permanentemente, mientras en Guerrero, por el contrario sólo
mandaron al ex presidente nacional Guadalupe Acosta Naranjo, un hombre de
grandes luces, que sin embargo se ha visto muy deslucido en esta entidad, donde
cada día comete pifias y pifias y se le ve como cualquier líder de barrio en
las redes sociales, extrañamente de bajo perfil.
Del PRI, por su parte, llegó no sólo el presidente del
partido, Cesar Camacho Quiroz, sino también los 54 senadores tricolores y los 7
del PVEM.
En tanto en lo local están casi concluyendo los foros
temáticos a partir de los cuales el candidato tricolor hará su plan de gobierno
con propuestas precisas, para cada problema de la entidad, lo que no ha
ocurrido en el PRD, desde donde se trabajo de un modo distinto y se centraron
en las propuestas de la propia candidata, quien aún no aterriza las propuestas
puntuales, más allá de las generalidades de combatir la pobreza, la corrupción
y de hacer un gobierno honesto.
Por lo que respecta al candidato del PAN, Jorge Camacho, sin
duda ha hecho una buena campaña, pero la marginalidad tradicional de ese
partido no le permite crecer tanto como para pensar en ganar y a lo más que
aspira es a quedar por arriba del candidato que pudo haber sido el ganador, si
la fortuna no le hubiera dado la espalda a su jefe político el gobernador Angel
Aguirre Rivero, es decir, de Luis Walton Aburto, quien pese a que su campaña ha
sido buena, cada día se hunde más.
¿Qué nos pinta ese escenario?
Que las cosas muy poco podrán cambiar en los días que restan
para las votaciones y que, el propio PRD nacional ha puesto nuevamente contra
las cuerdas a sus cuadros estatales, incluyendo al líder de la principal
corriente de Guerrero, Sebastián de la Rosa Peláez, pieza clave para el triunfo
de la maestra Beatriz Mojica Morga, luego que ninguno de los dos senadores
perredistas de la entidad se sumara a su campaña.
Así las cosas no habría que rascarse mucho la cabeza para
ver lo que viene…pero no olvide que del plato a la boca…
www.facebook.com/juliozflores
***Responsable del BLOG: Julio Zenón Flores. Periodista, escritor, marketer digital y maestrante en ciencia política. Premio estatal de periodismo y premio estatal de periodismo legislativo. www.facebook.com/juliozflores
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