Por JULIO ZENON
FLORES SALGADO
Este lunes,
último día de septiembre, los responsables de que la población afectada, en las
dos terceras partes del país pero principalmente en Guerrero, no haya podido
tomar previsiones, lanzaron una embestida mediática, se entiende que pagada con
dinero que debería destinarse la mitigación de los daños, para deslindarse toda
responsabilidad y asegurar ante el país y el mundo que sí avisaron
oportunamente.
Si la población
creyera en esas versiones, resultaría que no habría responsables, que la culpa
de los daños la tuvieron los propios afectados, según dijo uno de los que ahora
se defienden diciendo que si alertaron, por “falta de cultura” de Protección
Civil.
Efectivamente, el
coordinador de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación (Segob), Luis
Felipe Puente, cuya cabeza ya es pedida en el Senado, por el senador perredista
Alejandro Encinas, al considerar que fue
omiso a los llamados de alerta de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) sobre
las lluvias torrenciales que sucederían en el país a causa de la tormenta
tropical Manuel, ha dado varias entrevistas a los más escuchados programas de
radio y televisión asegurando que sí emitió boletines informativos, que si
reunió a los directores de protección civil del país para capacitarlos en lo
que debían hacer en caso de inundación por lluvias torrenciales, que los
estados fueron alertados y que sólo tres de ellos respondieron instalando
preventivamente algún albergue y desalojando a posibles víctimas.
En tanto, el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero,
también ya mandó a quien era su ar y ahora es su empleado, el secretario de
gobierno, Jesús Martínez Garnelo, a decir que él informó a los municipios y que
hizo lo que tenía que hacer antes, durante y después de la contingencia.
En ese tenor, lo mismo hizo el presidente municipal de
Acapulco, Luis Walton Aburto, quien adujo ante al Cabildo que él hizo lo suyo,
que limpió los canales y nombró responsables de área y emitió avisos de alerta
a la gente de lo que se venía.
La realidad ha estado saliendo a la luz: El responsable nacional
de las alertas estaba en Las Vegas, el
gobernador de Guerrero celebrando las fiestas patrias (publicó la revista
Proceso que mientras llovía y llovía el gobernador bebía y bebía) y el presidente
de Acapulco preparaba su primer informe de gobierno y reposaba en la ciudad de
México, desde donde habría volado a Acapulco para dar su informe ante un
reducido público en un teatro casi al aire libre del parque adyacente al
palacio de gobierno.
¿Quién informó entonces? Ahora todos los responsables
oficiales dicen que ellos si informaron y avientan la pelota a las
constructoras que cerraron cauces pluviales y construyeron sobre pantanos y
humedales, aunque eso finalmente regresa la responsabilidad a quienes
autorizaron esas construcciones, desde las federales, ya que cauces de ríos y
humedales son zona federal, hasta los cabildos respectivos y los secretarios de
desarrollo urbano de años pasados.
Esta última acción tiene la conveniencia de que se estaría
responsabilizando a los pasados gobernantes y a ejecutivos de empresas que ya
no fungen como tales, liberando así a los actuales. A ese paso, va a resultar
que las investigaciones ordenadas por el presidente de la República Enrique
Peña Nieto, terminarán culpando de todo al ex gobernador José Francisco Ruiz
Massieu, que fue quien impulsó la construcción de zona diamante y la propia
autopista Del Sol, y que como ya él está muerto, pues tan tán, caso cerrado,
mientras los negligentes responsables actuales, terminan cómodamente en sus
encargos y hasta se postulan a nuevos, para el 2018.
¡Sólo en México pasa esto!
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