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Con el Domingo de Ramos, comienza la Semana Santa; las palmas suben los precios hasta 40 pesos

Baldemar Gómez Roque

Chilpancingo, Gro., a 14 de abril de 2019.-Este Domingo de Ramos, es el comienzo de la Semana Santa y se celebra la entrada de Cristo a Jerusalén, por lo que a las afueras de las iglesias de esta capital del estado, se pueden ver a los artesanos vendiendo los ramos y palmas elaborados de hojas de palma o trigo, de las cuelas los precios asilan desde 20 hasta 40 pesos, cada año los diseños son más elaborados, a manos.

Como cada año, hoy domingo de ramos, los fieles católicos celebran la entrada de Cristo en Jerusalén para consumar su Misterio Pascual, y se hace con bendición de los ramos y palmas. En procesión se dirigen hacia la celebración eucarística, agitando las palmas, mismas que serán bendecidas durante la procesión, y hasta el frente los párrocos, dicha acción recuerda la entrada mesiánica del Cristo hacia su Pasión, Muerte y Resurrección.

Diseños más elaborados. Las Palmas bendecidas son signo del reconocimiento de Jesús como Hijo de Dios, y éstas son conservadas por las familias en sus hogares, por ello, los artesanos se encargan cada año de elaborar palmas o ramos elaborados de hojas de palma o algunas las adornan con elementos extras como flores, inclusive listones de colores.

En los últimos años, los artesanos han ido realizando diseños más elaborados, algunos simulan a Cristo crucificado, otras portan su imagen e incluso de otros santos como San Judas Tadeo y la Virgen María entre otras…

Como cada año, a las afueras de la Catedral de Chilpancingo "Asunción", y sus respectivas iglesias de los barrios más emblemáticos, como San Mateo, San Antonio, Santa Cruz, San Francisco, se instalaron artesanos provenientes de los municipios de la montaña y algunas de la región centro de Guerrero, quienes venden sus ramos o palmas de diversos diseños, desde las sencillas cruces que van desde los 15 pesos, hasta ramos elaborados de 20 y 30, 40 pesos.

Las misas para la celebración de Domingo de Ramos fueron a las 7:30, 9:00 y 10:30 horas; la del mediodía será presidido por el obispo y párrocos, y posteriormente a la 13:30, 17:00, 18:30 y 20:00 horas, todo para celebrar la a acción de gracias, de esta fecha tan católica.  En la capital del estado, la misa estuvo encabezada por parte del Obispo Salvador Rangel Mendoza  y  párroco  Benito Cuenta mayo.

Ayer domingo  el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, fue quien encabezó  la procesión del Domingo de Ramos, en donde hizo un  llamado  a luchar para defender la vida desde su concepción y  poder generar la paz en  Chilpancingo.

En la homilía  el obispo señaló  la participación en las actividades Guerrero y Chilpancingo donde muestran su rostro de fe y alma cristiana. Dijo que el drama que vivió Jesús y la resurrección, retrata la muerte, destrucción y luto que hay en muchos lugares de la entidad.

Añadió, que  "hay  tristeza y dolor en muchos hogares, pero aunque sabemos de esas tragedias hay una esperanza, Cristo resucitó, así como no pierden la esperanza de encontrar a estas personas desaparecidas, el pueblo recobre la fe en sí mismo, la confianza en sí mismo y podamos caminar hacia un México y Guerrero resucitado donde amemos la vida, donde respetemos la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural".

Donde mencionó una iniciativa impulsada en el Senado, por el guerrerense Manuel Añorve Baños, en la que se busca el respeto a la vida desde,  por los que  "invito a hacer juntos esta lucha y que entre todos logremos derrumbar ese muro de muerte, odio, desprecio a la vida; la vida es el gran regalo de Dios, es el derecho por excelencia que tiene todo ser humano.

El Santo Padre en su homilía recordó el "doble misterio" que acompaña la entrada de Jesús en Jerusalén, misterio de aclamación y humillación, de fiesta y ensañamiento feroz que se da en los dos momentos característicos de esta celebración: "la procesión con las palmas y los ramos de olivo, al principio, y luego la lectura solemne de la narración de la Pasión".

Subrayó que  la acción animada por el Espíritu Santo nos envuelva, para obtener lo que hemos pedido en la oración: acompañar con fe a nuestro Salvador en su camino y tener siempre presente la gran enseñanza de su Pasión como modelo de vida y de victoria contra el espíritu del mal.

Por otra parte, recalcaron que Jesús nos muestra cómo hemos de afrontar los momentos difíciles y las tentaciones más insidiosas, cultivando en nuestros corazones una paz que no es distanciamiento, no es impulsividad o creerse un superhombre, sino que es un abandono confiado en el Padre y en su voluntad de salvación, de vida, de misericordia; y, en toda su misión, pasó por la tentación de "hacer su trabajo" decidiendo él el modo y desligándose de la obediencia al Padre. Desde el comienzo, en la lucha de los cuarenta días en el desierto, hasta el final en la Pasión, Jesús rechaza esta tentación mediante la confianza obediente en el Padre.

También hoy, en su entrada en Jerusalén, puntualiza el Pontífice, nos muestra el camino. Porque en ese evento el maligno, el Príncipe de este mundo, tenía una carta por jugar: la carta del triunfalismo, y el Señor respondió permaneciendo fiel a su camino, el camino de la humildad. "El triunfalismo trata de llegar a la meta mediante atajos, compromisos falsos. Busca subirse al carro del ganador. El triunfalismo vive de gestos y palabras que, sin embargo, no han pasado por el crisol de la cruz; se alimenta de la comparación con los demás, juzgándolos siempre como peores, con defectos, fracasados... Una forma sutil de triunfalismo – afirmaron.

Subrayaron, que con "con la cruz no se puede negociar, o se abraza o se rechaza. Y con su humillación, Jesús quiso abrirnos el camino de la fe y precedernos en él"

Adema explicaron, el Señor realmente compartió y se regocijó con el pueblo, con los jóvenes que gritaban su nombre aclamándolo como Rey y Mesías. Su corazón gozaba viendo el entusiasmo y la fiesta de los pobres de Israel. Humildad no significa negar la realidad, y Jesús es realmente el Mesías, el Rey.

Ya que al mismo tiempo, el corazón de Cristo está en otro camino, "en el camino santo que solo él y el Padre conocen: el que va de la «condición de Dios» a la «condición de esclavo», el camino de la humillación en la obediencia «hasta la muerte, y una muerte de cruz». Él sabe que para lograr el verdadero triunfo debe dejar espacio a Dios; y para dejar espacio a Dios solo hay un modo: el despojarse, el vaciarse de sí mismo. Callar, rezar, humillarse", concluyó.


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