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René: escupir para arriba

LECTURA POLÍTICA
Noé Mondragón Norato
El exgobernador priista René Juárez Cisneros se metió en un predicamento. Y no solo porque intentó vender una imagen de honestidad en su administración que está muy lejos de ser verdad. Porque si algo la caracterizó fue justamente, la cadena de irregularidades y corruptelas practicadas cual deporte favorito. Y si no, ahí están los hechos que son tercos.
MORDERSE LA LENGUA. -El exdirigente nacional del PRI y diputado federal plurinominal está engallado. Se muestra reiteradamente contestatario con todo lo que huela a López Obrador y Morena. Evalúa que, de esa forma, podría encaramarse en los escenarios de 2024, como potencial aspirante de su partido a la presidencia de república. Propala el discurso de sentirse orgulloso de ser priista. Pero hay antecedentes a lo largo de su extinto mandato que lo pegan contra el piso. Hay que ubicarlos: 1.- A 19 años de haber concluido su desempeño como gobernante guerrerense, René Juárez demanda “pruebas” en torno al señalamiento de haber entregado muchas plazas sin techo presupuestal que hoy están fuera del Fone. Esas pruebas las tuvo en sus manos el también exgobernador perredista Zeferino Torreblanca Galindo, quien exhibió apenas una pequeña parte de las corruptelas de René Juárez en dos dependencias: la secretaría de Salud y el Invisur. Al final, Zeferino de encargó de encubrir todas las irregularidades de René. Apareció en medio de ambos un personaje que hoy parece estar de regreso en el gobierno de la Cuarta Transformación: la maestra Elba Esther Gordillo Morales. Para mostrar las pruebas contra René, el filtro natural atravesaría necesariamente por dicha exdirigente magisterial. Es decir, se tendría que revisar a los dirigentes de la sección 14 del SNTE -Job Bernache Guzmán y José Natividad Calixto Díaz-, quienes negociaron con el gobierno de René, muchas de esas plazas. A estas alturas y tras correr 19 años, resulta casi imposible. Por eso se entiende que, sabiéndose protegido por la distancia y el tiempo, ahora el exgobernante priísta presuma que dejó “un estado con paz, con desarrollo, con empleo, con tranquilidad, en orden”. 2.- En los últimos meses de gobierno de René Juárez se disparó la violencia en el puerto de Acapulco por la incipiente guerra entre el cartel de Los Zetas y las células del Chapo Guzmán. Heredó en realidad, un estado en caos y desorden. Fue, además, el sexenio tricolor donde hubo más asesinatos de periodistas. El último en la lista fue el editor de la revista Mundo Político, Leodegario Aguilera Lucas, quien había señalado a René de enriquecimiento ilícito. Es decir, operarlo con dinero del erario público. Incluso, la hermana del comunicador, Ernestina, acusó a René Juárez de ser el responsable de la desaparición de su hermano. Y el actual senador Félix Salgado, se ofreció ayudarla. Nada pasó. 3.- El punto candente de todo lo anterior pega en un flanco altamente vulnerable para René Juárez: fue él quien entregó a la oposición perredista, el gobierno de la entidad. Si su administración se hubiese tasado en términos de eficacia en la aplicación de las políticas públicas, honradez y transparencia en el manejo de los recursos públicos y combate real a la corrupción, entonces el PRI hubiese retenido el gobierno estatal en la elección del 7 de febrero de 2005, que perdió justamente, el actual gobernador Héctor Astudillo. Memorable es la anécdota que ubica al experredista David Jiménez Rumbo, saliendo de Casa Guerrero con los bolsillos y el portafolio atestados de billetes. A cambio de que éste último le aprobara en su calidad de presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local, todas las cuentas públicas a René. De ahí se desprende la certeza: el exgobernador tricolor presume hoy, algo que en realidad nunca estuvo dispuesto a hacer. Es decir, atacar la corrupción. Por eso mismo y a pesar del tiempo y la distancia que lo separa de su mandato como gobernante, las huellas que dejó al respecto, permanecen imborrables. René escupió hacia arriba.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Al señalamiento del empresario Luis Walton -en su calidad de aliado político del gobernador Héctor Astudillo-, en el sentido de que el exedil perredista de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, habría inflado la nómina por un monto de 29 millones de pesos mensuales, el exedil respondió cabildeando con el auditor superior de la federación, David Colmenares Páramo. Walton mete zancadillas por consigna política. Y Evodio no deja de moverse. Ese parece ser el final de este capitulo interminable: ganara el que más se mueva. Y logre resultados exitosos.

xxx Trasfondo informativo. Venos de lunes a viernes de 10 a 11 am en www.facebook.com/trasfondoinformativo y en https://youtu.be/7sbcO1WgF-s, con Jorge Zamora Tellez

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