Por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO
(Publicada en La Jornada el 10-02-2019)
Aunque faltan casi tres años para la elección de nuevo
gobernador, desde el año pasado los grupos y personajes políticos andan
hiperactivos en busca de posicionarse para estar en condiciones de competir.
Aunque a nivel nacional la presencia arrolladora de Morena y
su líder moral Andrés Maniel López Obrador (AMLO) haría desistir casi a
cualquiera de enfrentarse a ese partido-movimiento emergente en la vida
nacional, en Guerrero los resultados locales, municipio por municipio, que
partieron a la entidad casi en tercios, oxigenó la idea de que es posible
ganarle a Morena en el 2021 y que no es tan elemental como ocurrió en la
elección del 2018, cuando, en palabras del recién reaparecido Ramón Sosamontes
Herreramoro, si ponías a una vaca como candidata de Morena, esa misma vaca
ganaría la elección.
En ese sentido, los escenarios se han venido moviendo y se
continuarán moviendo sin duda, dependiendo de los movimientos que cada uno de
los personajes que dirigen las expresiones políticas, hagan sus jugadas.
El primer escenario surgido el año pasado ponía como
contendientes al llamado superdelegado Pablo Amilcar Sandoval Ballesteros, el
senador Félix Salgado Macedonio y la alcaldesa de Acapulco Adela Román Ocampo,
por Morena, frente al priista Manuel Añorve Baños por el tricolor; mientras que
la alianza PRD, PAN, MC, estaba sin cartas posibles, dejando como débil
posibilidad al ex alcalde de Acapulco Evodio Velázquez Aguirre y al empresario
de MC Luis Walton Aburto, en una pista en la que aparecía como el enemigo a
vencer aquel a quien designara Morena.
De ese escenario derivó una lucha intestina en Morena,
mientras en el PRI los antiañorvistas buscaban la manera de interponerse en el
camino casi ineludible en el que tendrían que sumarse al ahora senador por
Guerrero por segunda fuerza.
El panorama lo vino a cambiar un personaje al que se creía
casi muerto y enterrado: Ángel Aguirre Rivero, quien asumió la agenda del rumbo
al 2021 al lanzar al escenario la idea –que no propuesta aún- de una alianza de
todos contra Morena, encabezada por el PRI y el PRD, que tienen en su poder
alrededor de dos tercios de los municipios de la entidad, lo que les vuelve
competitivos en el territorio.
La sola mención de la alianza PRI-PRD generó verdadera
turbulencia, no tanto porque el propio Aguirre pudiera ser candidato, que no lo
puede, al menos no a la gubernatura, sino porque la idea lanzada a la pista
generó expectativas por ejemplo en una mayor fortaleza de Luis Walton, a quien
Aguirre se la debe por haberle apoyado en su propia candidatura a gobernador en
la que derrotó a Añorve y quien mantiene una productiva alianza con el
gobernador Héctor Astudillo Flores.
De esa manera se desarraigó la idea de que Morena podría
proponer a cualquiera, para asumir que tendrían que proponer a quien fuera más
competitivo en el escenario local, del lado del PRI se fortaleció la idea de
que el candidato podría ser determinado por el ex presidente nacional tricolor
René Juárez Cisneros y eso fortalecería a Mario Moreno, dada la amistad de
Aguirre con Juárez y su cercanía con Astudillo, pero también hizo considerar
desde Morena la posibilidad de no ir solos a la contienda del 2021 y por el
contrario buscar que el PRD vaya con ellos y no con el PRI, lo que elevaría las
posibilidad de alguien que logre consenso entre esas fuerzas.
Por si fuera poco, el fin de semana que termina hace
presencia Rubén Figueroa Smutny con la Red Democrática Nacional, al lado de
Sosamontes Herreramoro y causa nerviosismo el saludo casual entre el rector de
la UAGRO, Javier Saldaña Almazán con ellos, que estaban reunidos en un
restaurante de Acapulco y al llegar el rector aprovecharon para tomarse fotos
con él y de esa manera mandar mensajes inquietantes.
Por supuesto la idea soltada por Aguirre Rivero procesó las
diferencias al seno del PRD, que deberá elegir a su dirigencia colectiva en
abril y se abrió con mayor encono la lucha por el control del partido, desde
donde se tendrá alguna posibilidad de incidir en las candidaturas del 2021,
mientras en el PRI renacieron las esperanzas del personaje que destaca en San
Lázaro y en Morena arreciaron las patadas bajo la mesa.
En resumen diríamos que ya son más los personajes que se
pueden anotar entre los posibles candidatos, que aumenta la incertidumbre en
torno a quién podría ganar esa elección y que, contra lo que se pensaba, se
fortalece el papel, no solo en el priismo, del gobernador Astudillo, quien ha
tejido fino para una buena relación con AMLO y con algunos personajes de
Morena, así como del PRD y ha asumido la conducción de la mayoría de la
fracción priista del Congreso local.
Aguirre aparece en el horizonte como preocupado por los
resultados de la investigación del reabierto caso de los 43 de Ayotzinapa, que
le persigue desde el fin de su mandato, pero fortalecido por su innegable
influencia en al menos tres de las alcaldías de los diez municipios más
importantes de Guerrero y la presencia de su creación, la policía comunitaria
que dirige Bruno Plácido, en al menos 21 municipios pequeños y medianos de la
entidad.
Así las cosas, no está descifrado aún el código 2021 y quien
consiga descifrarlo sin duda podrá decirnos cómo se acomodarán las fuerzas en
la contienda que viene...o que ya está aquí.
Julio Zenón Flores Salgado, periodista, licenciado en ciencias de la comunicación, maestrante en ciencia política y diplomado en marketing político. Editor jefe de Trasfondo informativo |
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