Por JULIO ZENÓN FLORES SALGADO
Cuando la mesa directiva, incompleta pues una de las secretarias no se presentó, hacía el pase de lista, aparecieron las cartulinas con mensajes escritos a mano que expresaban protestas en contra de quienes se supone hicieron los recortes en el presupuesto destinado al pago de los medios de prensa que cubren cotidianamente las labores del Comgreso y le informan puntualmente a los ciudadanos de las actividades de sus represenantes populares.
No todos llevaban pancartas en las manos, algunos sólo expresaban su protesta a gritos, pidiendo la salida de esos presuntos responsables, de haber acatado órdenes de alguien de más arriba que concluyó que el gasto en prensa era muy alto y se debía meterle tijera.
La inconformidad no sólo estaba en esa parte de las galerías para invitados del Congreso, que fueon inmediatamente advertidos por el secretario tecnico de la mesa directiva que podría ser desalojados, pues el artículo 39 de la ley orgánica establece claramente que no se puede alterar el orden desde ese sector y que no se puede ni siquiera hablar.
La inconformidad era más o menos general esta tarde en el palacio legislativo de trebol Sur en Chilpancingo, pues pasaban de las dos de la tarde y la sesión recién estaba comenzando, pese a estar citada a las 11 de la mañana.
El monótono ritmo de los nombres terminó al contar 46 de los cuales sólo estaban 37 y de los nueve que faltaban dos habían presentado justificaciones para estar ausentes.
Desde la mesa directiva se informó, mientras leían el largo orden del día y dispensaban, votación de por medio, la lectura de las actas de la sesión anterior, que ya habían sido entregadas por escrito; que habían llegado los diputados faltantes.
La protesta de galerías sólo duró el tiempo suficiente para que se tomaran las fotos necesarias y para que alguien tomara la decisión de si despedirá o no a los funcionarios cuyas cabezas pedían, mientras los autores del recorte reclamado veían silenciosos desde el foso del salón de plenos, como se había olvidado quién había propuesto una ley sobre la publicidad y medios de comunicación, para intentar normar algo en lo que se dice, se ha dicho desdee hace años, cobran muchos que no dan a cambio ninguna contraprestación pero son amigos o prestanombres de quienes manejan el presupuesto.
Era más fácil ir por el mensajero.
Los inconformes bajaron sus cartulinas y salieron de la tribuna. En el loby del salón de plenos contunuárian el debate entre ellos sobre si los medios son de catálogo privado o por el contrario deben considerarse un bien público.
La sesión continuó, pero eso como decía el comercial de televisión: es otra historia.xxx
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No todos llevaban pancartas en las manos, algunos sólo expresaban su protesta a gritos, pidiendo la salida de esos presuntos responsables, de haber acatado órdenes de alguien de más arriba que concluyó que el gasto en prensa era muy alto y se debía meterle tijera.
La inconformidad no sólo estaba en esa parte de las galerías para invitados del Congreso, que fueon inmediatamente advertidos por el secretario tecnico de la mesa directiva que podría ser desalojados, pues el artículo 39 de la ley orgánica establece claramente que no se puede alterar el orden desde ese sector y que no se puede ni siquiera hablar.
La inconformidad era más o menos general esta tarde en el palacio legislativo de trebol Sur en Chilpancingo, pues pasaban de las dos de la tarde y la sesión recién estaba comenzando, pese a estar citada a las 11 de la mañana.
El monótono ritmo de los nombres terminó al contar 46 de los cuales sólo estaban 37 y de los nueve que faltaban dos habían presentado justificaciones para estar ausentes.
Desde la mesa directiva se informó, mientras leían el largo orden del día y dispensaban, votación de por medio, la lectura de las actas de la sesión anterior, que ya habían sido entregadas por escrito; que habían llegado los diputados faltantes.
La protesta de galerías sólo duró el tiempo suficiente para que se tomaran las fotos necesarias y para que alguien tomara la decisión de si despedirá o no a los funcionarios cuyas cabezas pedían, mientras los autores del recorte reclamado veían silenciosos desde el foso del salón de plenos, como se había olvidado quién había propuesto una ley sobre la publicidad y medios de comunicación, para intentar normar algo en lo que se dice, se ha dicho desdee hace años, cobran muchos que no dan a cambio ninguna contraprestación pero son amigos o prestanombres de quienes manejan el presupuesto.
Era más fácil ir por el mensajero.
Los inconformes bajaron sus cartulinas y salieron de la tribuna. En el loby del salón de plenos contunuárian el debate entre ellos sobre si los medios son de catálogo privado o por el contrario deben considerarse un bien público.
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