Por JULIO ZENON FLORES SALGADO
Una vez pasadas las elecciones los partidos políticos
empiezan a mirar hacia adentro y a pensar en los ajustes de cuentas.
Y no es para menos, pues en la elección del 1 de julio de
2018, con todo y que hubo un repunte en la participación ciudadana, es evidente
que hubo el más grande trasiego de votos de la historia de los partidos.
Lo que comúnmente se llama el chapulineo y lo que se ha dado
en llamar el voto útil, así como los acuerdos de personajes relevantes y
corrientes de partidos que apostaron a los candidatos de los partidos otrora
enemigos para no perder el poder, impulsado por la certeza de que ya nada ni
nadie podría bajar de las preferencias de la mayoría de los electores al
finalmente ganador Andrés Manuel López Obrador.
Ese aspecto mantiene ocupados a los partidos del PRI, PAN,
PRD, MC. Tanto a nivel nacional como a niveles estatales y municipales, sin que
se haya resuelto aún, pero que forzosamente se tendrá que reflejar en los
cambios de dirigencias a todos los niveles y en las nuevas líneas estratégicas
y tácticas para insertarse en las futuras luchas electorales, con mejores
condiciones de recomponerse y recuperar los espacios perdidos ante la avalancha
lopezobradorista.
Ahí faltan los nombres, aunque ya entre bambalinas se
mencionan varios, a la luz de los resultados de los comicios.
En Morena, en cambio, ese no es el problema, es por el
contrario no quien traicionó sino quien creen que vaya a traicionar en el
futuro, aunque aún no resuelven la traición a qué o a quienes, una vez librada
la garita del jefe máximo del partido: Andrés Manuel López Obrador. Esa es la
piedra de toque: todo aquel no siga a pie juntillas lo que diga el gran López
Obrador, será considerado un traidor. Ya se van dejando claras las líneas a
seguir, desde sus conferencias de prensa cotidianas, con las cuales va
construyendo el abc de la línea política y deontológica de Morena y de sus
aliados que le acompañarán en el gobierno. Pero después de lo que diga y pida
AMLO ¿qué más?.
Ahí es donde se empiezan a despeinar.
En Guerrero, por ejemplo, hace apenas 26 días que son
ganadores de la mayoría delos diputados locales, diputados federales, senadores
y las principales presidencias municipales y ya está desatado el fuego amigo.
La primera línea de combate ha sido la relación de los
morenistas ganadores con la institución del gobierno del estado. Unos dicen que
se debe tener una relación respetuosa e institucional mientras otros señalan
que reunirse con el gobernador Héctor Astudillo Flores, es un pecado veníal y
ya hasta se habla de sanciones y de expulsiones para quienes se han acercado al
mandatario estatal.
La segunda línea parece ser la mirada puesta en el 2021. No
se han sentado aún y ya hay al menos cuatro personajes que acumulan fuerzas
para buscar la gubernatura, en lo que creen será la resaca del poder adquirido
el pasado 1 de julio.
Ahí se ve ya un duro golpeteo. En ese sentido al parecer,
falta trabajar al nivel de concienciación de que no solo ha cambiado la
correlación de fuerzas a favor de AMLO que ha sido el principal opositor al régimen
que agoniza, sino que eso debe llevar inherente el cambio de prácticas, es
decir, que antes de pensar en el próximo cargo se consolide el actual y se le
cumpla quienes depositaron su confianza en ellos, pues de lo contrario eso
será, a partir del 1 de octubre próximo, una verdadera Torre de Babel y un
verdadero canibalismo.
Ya veremos.
xxx
Trasfondo informativo. También en TV, MARTES Y JUEVES a las 9:00 de la noche en el canal 76 de Cablemas-IZZI, o en www.facebook.com/trasfondoinformativo
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