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2018; oposición construye su derrota

Miguel Ángel Arrieta

Cuando muchos piensan que el PRI puede perder espacios decisivos en Guerrero en el proceso electoral del 2018, no toman en cuenta el escenario de reacomodos en la oposición y la falta de consolidación de una alianza partidista que represente una alternativa real para disputarle al tricolor el control del Congreso, ayuntamientos y diputaciones federales.
Y es que al PRI aquí se le están dando las condiciones para mantener mayoría legislativa y predominio en los gobiernos municipales ante las cada vez más lejanas posibilidades de cuajar el Frente Ciudadano por México, y la tardanza de Morena en concretizar una estructura partidista capaz de otorgarle operatividad electoral eficaz en los 81 municipios guerrerenses.
No es que el PRI se esté quedando sin opositores. Lo que sucede es que la izquierda de por si disminuida al dividir simpatizantes PRD y Morena, sufre de encarnizados enfrentamientos tribales en la selección de sus candidatos.
El pronunciamiento de representantes de nueve corrientes perredistas para apoyar a Sebastián de la Rosa como candidato al Senado, abrió un frente de guerra inesperado al interior del partido del sol azteca al interpretarse como un mensaje de rechazo a la propuesta de Beatriz Mojica Morga, Secretaria General del CEN del PRD, para que ocupe dicha nominación.
En realidad, la cargada grupal perredista a favor de De la Rosa, no estaba contemplada como alternativa del debate interno preelectoral, pero la decisión de hacer circular una encuesta de preferencias electorales rumbo al Senado en la que Bety Mojica aparece cuatro veces arriba de su más cercano competidor, detonó la alianza antimojica, pues la medición fue interpretada como un aviso del avasallamiento que proyecta aplicar la dirigencia nacional perredista en la asignación de candidaturas a diputados federales y senadores.
El problema para los perredistas, hasta ahora la segunda fuerza electoral en Guerrero, es que por lo menos en tres encuestas independientes Beatriz Mojica aparece como la aspirante del sol azteca mejor identificada, la que carga con menos negativos y por la que más del 25 por ciento de los encuestados afirman votarían.
En este contexto, el conflicto por la candidatura del PRD al Senado es lo que menos importa. El impacto mayor será que un choque de este tipo dejará daños colaterales y fisuras políticas complicadas de restaurar en el tiempo que falta para las elecciones.
Sobre todo ante el planteamiento de que el verdadero avasallamiento dentro del sol azteca no proviene de la dirigencia nacional de su partido, sino del jefe máximo del perredismo guerrerense, Ángel Aguirre Rivero, quien por cierto mientras sus correligionarios afirmaban en Acapulco no reconocer imposiciones centralistas, él dialogaba fraternalmente con Beatriz Mojica en la Ciudad de México y le expresaba su apoyo para candidatearla al Senado.
Este hecho arroja la certeza de que al interior del PRD se dan diferencias superiores a las que motivan el casi rompimiento del Frente Ciudadano por México a nivel nacional: después de perder la oportunidad de fortalecerse como una sola propuesta opositora capaz de desafiar al priismo y a Morena en la elección presidencial, el FCM parece encaminarse a terminar en una débil alianza ideológica disgregada por intereses particulares.
Ante la creciente probabilidad de enterrar al FCM, y la circunstancia separatista local de tribus inconformes que coquetean con el lopezobradorismo, lo que le queda al PRD Guerrero es celebrar una alianza regional por lo menos con el PAN si no quiere terminar como tercera fuerza política después del proceso electoral.
Por lo pronto, el manejo de las nominaciones se le ha escapado de las manos a las directivas nacional y estatal del PRD, mientras que el PRI continúa con su tradicional tejido de asignación de candidaturas que le permite obtener daños menores en este proceso.
Al final de cuentas, gran parte de los priistas siguen inmersos en la cultura de la disciplina y el acatamiento de indicaciones superiores, lo que representa la ventaja de mantenerse en un solo bloque.
En términos reales, frente a un PRD debilitado por sus pugnas, y las demás fuerzas políticas representativas en la entidad, -Movimiento Ciudadano y PAN-, atrapadas en una posición minoritaria que las hace incapaces de causar daño individualmente al partido mayoritario, la única competencia para el tricolor será Morena; lo que significa una simplificación estratégica.
No es lo mismo enfrentar a tres que a uno.

Enviado en pruvadir

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