Staff de TI
La lista de aspirantes a la silla de la presidencia
municipal de Acapulco acaba de crecer al pronunciarse el perredista Víctor
Aguirre Alcaide, abiertamente, por buscar esa posición.
En un programa de la llamada diversidad sexual (matices
semánticos aparte) el conductor, Alberto Mogollón, preguntó directo al político
perredista:
¿Víctor Aguirre quiere ser presidente municipal de Acapulco?
A lo que el aludido respondió también directo:
-Si, si quiero ser presidente municipal-
Al margen de si se comete o no una infracción a la
reglamentación electoral (se entiende que no pues las normas empiezan a contar
desde que inicia el proceso y eso es hasta septiembre del presente año),
Aguirre Alcaide, literalmente “salió del closet”, pues no hace mucho era
secretario de desarrollo social en Acapulco, el segundo cargo en importancia
después de la alcaldía, pues es prácticamente el área que coordina todos los
recursos federales y hace todo el trabajo de vinculación tanto institucional
como con la población que más apoyo necesita, ergo, potenciales votantes para
el que los trabaje.
Durante su estancia en ese cargo el perredista demostró ser
el hombre de mayor influencia en el alcalde Evodio Velázquez y se fue convirtiendo,
en los hechos, en una especie de jefe de gabinete, lo que le permitió ser quien
aportara las soluciones para múltiples problemas municipales, no solo de
Desarrollo Social, sino también de Finanzas y del orden político y de
gobernabilidad. Hasta que llegó el ex director de comunicación social de Graco
Ramírez, el jaguarista Arturo Martínez Núñez (sobrino del coordinador estatal
de Morena Cesar Núñez y amigo, vía senador Armando Ríos Piter, del canciller
Luis Videgaray y del secretario de hacienda José Antonio Meade).
Durante ese año y medio a cargo de Sedesol, Víctor Aguirre
pudo crecer ante los diferentes sectores y darse a conocer como un político
práctico, hábil y de muchos recursos ante los problemas del municipio. De
pronto renunció, sin que se supiera bien la razón, pero ahora se sabe: desde
dentro del gabinete no podría competir por la alcaldía, al menos no mientras su
jefe Evodio Velázquez no se definiera acerca de la posibilidad de buscar la
reelección en el cargo, decisión que el joven edil no podría tomar con tanta
anticipación, pues si bien ha dado muestras de una gran habilidad para gobernar
la principal ciudad del estado y ha crecido como figura no solo estatal sino
nacional, también es cierto que en Guerrero existe un tufo antireeleccionista y
eso le pondría muy cuesta arriba esa posibilidad y solo la buscaría en caso de
que pudiera cerrar su gestión con un elevado nivel de aceptación, cosa no fácil
ante el problema de la inseguridad en Acapulco.
El destape de Víctor Aguirre tuvo, además un mensaje
poderoso: una foto al lado de Ángel Aguirre Rivero, que, se sabe, construyó una
importante estructura electoral en Acapulco para buscar llevar a su hijo
Angelito a la alcaldía, cosa que se vio truncada por la repentina muerte del
vástago y ante lo cual se pensó que el aguirrismo no participaría, pero sin
ignorar su gran potencial en caso de hacerlo.
Así pues, con solo decir que quiere y con la foto junto a
Ángel, Víctor, que también es Aguirre, se coloca como uno de los políticos de
mayores probabilidades de alcanzar la candidatura, primero, y la alcaldía
después, para lo cual tendría que llegar a un acuerdo con otros que ham
manifestado su interés antes que él, por su mismo partido.
¿Qué hará o qué pensará, en el PRD, David Jiménez Rumbo y…quién
más? y ¿En el PRI, la mdia docena de aspirantes? o aquellos que buscarán la alcaldía como independientes e incluso a aquellos que ya se sienten candidatos por Morena...AL TIEMPO.
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