Difícil en verdad es sustraerse a la polémica que ha generado la solicitud de una línea de crédito por 158 millones de pesos del Ayuntamiento de Acapulco.
Entiendo que actores políticos de diferentes filiaciones partidistas aprovechen el tema para sacar raja con miras al 2018.
Está claro que varios que "mecen la cuna" en este escenario ambicionan reposicionarse.
Pretenden minar al adversario político con un sinfín de argucias. Políticos, al fin.
La mayoría de los jefes de francotiradores, hay que decirlo, escupen pa´rriba, porque en sus periodos como gobernantes no entregaron buenas cuentas y ahora reaparecen como "blancas palomitas".
Pero el problema más grave, cree éste su humilde servidor, es que el diferendo por ese empréstito escale políticamente hasta un verdadero encontronazo entre partidos políticos.
Me gustaría quedarme con lo declarado por el gobernador Héctor Astudillo Flores y el alcalde porteño, Evodio Velázquez Aguirre.
Creo que tienden la posibilidad (obligada, creo) de entendimiento, de dialogar y aclarar con precisión escrupulosa el procedimiento para conseguir esa línea de crédito por 158 millones de pesos.
Y, finalmente, seremos todos testigos de si el procedimiento para conseguir esos milloncejos fue el correcto, o no.
La mira tanto de Héctor Astudillo como de Evodio Velázquez debe centrarse en hacer un buen gobierno.
No dejarse influenciar y menos prestarse a juegos perversos que no les redituarán buenos dividendos, en materia de gobernanza.
Ni siquiera cumplen su primer año de gobierno, y ya se sienten los ventarrones del 2018 en pleno 2016.
Y, además, no hay que olvidar que a esa administración municipal porteña, al menos dos alcaldes anteriores la dejaron endeudada hasta los dientes, con préstamos que son, al menos, unas cuatro veces mayor a la líneas de crédito que se solicita ahora.
Como cantara el buen JUANGA: ¿Pero qué necesidad…para qué tanto problema?
¿Está Guerrero para eso, ahora? Venga el oficio político. (angelirracar@hotmail.com)
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