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La Conspiración contra Acapulco; el día después de mañana

TRASFONDO

EDITORIAL

Y al día siguiente de que se descubriera la conspiración del poderoso empresario y ex alcalde de Acapulco Luis Walton Aburto, en contra de la ciudad de Acapulco, todo siguió corriendo como si nada.
El experto en redes sociales Alberto Carrera se presentó a la oficina del empresario, ubicada en la gasolinería de La Diana, en la zona dorada del puerto, a rendir su informe de avances, el diputado local Ricardo Mejía Berdeja realizó una rueda de prensa donde, tal como le instruyera su patrón, pidió que el colegio de contadores hiciera un comparativo de las deudas heredadas desde la administración del ahora director de La Jornada, Félix Salgado Macedonio, con el fin de encubrir que Walton dejó una deuda de 2 mil 500 millones de pesos a la administración de Evodio Velázquez, equivalente al presupuesto total de un año de este municipio turístico; el empresario gasolinero salió a de decir (en el audio de la entrevista de radio que le realizó Marco Aguileta, en Radio Fórmula, se le oía muy molesto, por haber sido descubierto) que él no tenía nada que ver con esa conspiración (hay que recordar que su equipo fue grabado ordenando que cada noticia buena sobre Acapulco fuera opacada con notas sobre muertos o fallas del gobierno municipal) y que en todo caso respondiera por eso su empleado de apellido Carrera.
En la publicidad oficial del gobierno municipal de Acapulco, donde se intenta dar a conocer las cosas positivas que ocurren en el puerto, buscando atraer turismo para mejorar los ingresos de los acapulqueños, siempre hay un comentario negativo, de acuerdo con el plan de Walton, para que esa publicidad no logre su objetivo. O sea, el plan contra Acapulco va caminando y el gobierno municipal tendrá que hacer un esfuerzo extra para posicionar al puerto de nueva cuenta entre los preferidos del turismo nacional e internacional.
En los corrillos políticos muchos se preguntaron ¿Cuál sería la razón para que Luis walton, ex alcalde Acapulco, decidiera mantener a su equipo político en un plan de guerra contra el municipio que un día lo hizo presidente municipal? Y la primera respuesta que se ha encontrado es la de que lo hace para desquitar la media docena de posiciones que el gobernador Héctor Astudillo le dio al partido Movimiento Ciudadano (PMC) en el gobierno del estado.
En esa línea de pensamiento, se entiende que Walton pretendería ir en alianza en 2018 con el PRI, para ayudarle a recuperar Acapulco para el tricolor y a mantener la mayoría de las diputaciones locales y federales que se elegirán en ese año. La alianza PRI-PMC delineada desde ahora se ve fuerte y tendría mucho sentido en términos de eficacia electoral.
Es aún más creíble si se recuerda que en el 2018 Guerrero y, por supuesto Acapulco, no será un paseo por la nubes para el PRI ya que se espera que sea candidato por la izquierda Andrés Manuel López Obrador, a la presidencia de la República, lo que como se sabe, en Guerrero genera un efecto de avalancha a favor de la izquierda. Por eso el PRI tiene que golpear desde ahora y mantener a su lado a un aliado que viene de la izquierda y que por lo tanto le quitaría votos a la fuerza electoral de izquierda que se presente en el 2018.
Algunos opinarán que 2018 está muy lejos y que eso no explicaría por qué golpear a Acapulco y a su alcalde Evodio Velázquez Aguirre, desde ahora, apenas a cuatro meses de haber llegado al gobierno. A ellos les respondo que no está tan lejos como parece; que ya hay varios personajes en campaña.
Pero, debe aclararse, no es solo el aspecto político el que mueve a Walton a atacar con tanta virulencia a su ciudad natal y a su actual alcalde: también tiene motivos personales para odiar a los acapulqueños; hay que recordar que le dieron la espalda en la elección de gobernador y lo mandaron al cuarto lugar de la escala electoral. Una derrota de esa magnitud, luego de una campaña en la que debe haber gastado varios millones de pesos, desquicia a cualquiera, y ese cualquiera busca, desde luego recuperar algo de lo perdido en términos de dinero, pero a la vez vengarse de esa gente a la que se ve como ingrata y traidora. (Walton ya percibía como traidores a su propio gabinete que siguió al frente del municipio, mientras él iba en busca del gobierno estatal), de modo que en la CONSPIRACIÓN el objetivo no solo es dañar a Evodio, ES TAMBIEN, afectar a los acapulqueños que le negaron el voto. Es también UNA VENGANZA PERSONAL.
¿Qué hacer? Eso será parte de otro artículo de este editorialista.


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