TRASFONDO
Por Julio
Zenón Flores
Es muy poco
usual que alguien que ya fue gobernador de un estado, se postule como candidato
para presidente municipal. Lo usual es que un ex gobernador sólo vea para
arriba o para adelante, como se le quiera decir, es decir, hacia una senaduría,
la presidencia de la República, e incluso una diputación federal, pero no una
alcaldía. Sin embargo, el ex gobernador de Guerrero Zeferino Torreblanca
Galindo, ha decidió incurrir en esa conducta casi prohibida en la política
mexicana y se ha postulado para alcalde Acapulco, además, por un partido con
muy poca presencia, dividido y desprestigiado. ¿a qué se debe esa aventura?
La primera
respuesta que se me ocurre es que Torreblanca Galindo no es un político tradicional.
Al contrario. Cuando ha incursionado en cargos públicos no sólo no se ha
disciplinado, como el resto de la clase política, sino que incluso ha entrado
en controversia con el partido con le postuló. Así fue con el PRD, que lo hizo
alcalde, diputado y gobernador y con el que terminó bastante distanciado, al
grado de que ahora que es candidato los principales ataques a su persona
parecen provenir de ese flanco y no desde el PRI o desde MC, a los cuales
realmente amenaza con su postulación.
Eso es simplemente
porque Zeferino es un ciudadano que no milita en un partido político o
ideología, simplemente busca los cargos públicos como una forma de NO DEJAR la
responsabilidad de las decisiones en una clase política viciada, corrompida y
sumisa ante el poder, por eso su participación electoral en la contienda actual
es una oleada de aire fresco para quienes creen en las elecciones como única
forma de cambio para arreglar las cosas, que en Acapulco están desastrosas.
Para el ex
gobernador esta campaña no va a ser un día de campo, sin embargo tiene todas
las posibilidades de ganar. La última encuesta que conocemos, de la primera
semana de marzo de este año, lo coloca entre los cuatro personajes que pudieran
disputar seriamente la alcaldía: Fermín Alvarado, del PRI, Evodio Velázquez del
PRD, Víctor Jorrín de MC y el propio Torreblanca, aunque el partido que lo
postula esté en cuarto lugar, después del PRD, PRI y del PVEM.
Las distintas
mediciones que se vienen haciendo por el Laboratorio de Opinión Pública (Labop),
dan cuenta de que los acapulqueños guardan buen recuerdo de él y eso puede
contar a la hora de la votación.
El problema
del PAN de Acapulco, es que será una carga para Zeferino, con sus divisiones
internas y su carga de corrupción, nepotismo y falta de lealtad partidista,
pero el ex gobernador pudiera superar eso con su propia estructura y con el
apoyo de grupos de otros partidos que ya lo ven con esperanza, una vez que
ellos no fueron tomados en cuenta en sus propios institutos. Del PRD, por
ejemplo, se piensa que el grupo de la diputada Abelina López, pudiera ayudarle,
pues siendo la mujer de mayor trabajo en el puerto fue hecha a un lado para
poner a alguien de Nueva Izquierda que no tiene mayor presencia; desde el PRI
ya le coquetean por separado las corrientes de Figueroa y de Añorve y de
Movimiento Ciudadano, la mayor parte de los funcionarios municipales parecen
muy contentos con su postulación.
Todo indica
pues que tendrá estructura para competir y ganar, aunque, definitivamente no la
tendrá fácil pues el PRI va, hasta donde sabemos, con un candidato bien
posicionado en la sociedad civil en tanto el PRD, que se mantiene a la cabeza
de las preferencias hasta ahora, lleva en Evodio Velázquez, a un joven
carismático que es un excelente operador político.
Nuestro
pronóstico en este momento es que Zeferino será uno de los tres que pueden
ganar la presidencia municipal de Acapulco.
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