TRASFONDO
Por Julio Zenón Flores
La conversión del secretario general del PRD en Guerrero,
Jorge Salgado Parra, al priismo que hace campaña con Héctor Astudillo Flores
para gobernador de la entidad, nos lleva a cuestionar de raíz, una vez más, lo
que es, lo que era y lo que ha venido siendo el Partido de la Revolución
Dmocrática (PRD) para los mexicanos, desde su fundación en 1989, a convocatoria
del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, proveniente de una importante corriente
nacionalista del PRI, junto con Porfirio Muñozledo e Ifigenia Martínez, quienes
coincidieron en ese esfuerzo con los dirigentes del Partico Comunista Mexicano
(PCM) ya deslavado en un llamado Partido Mexicano Socialista (PMS) donde
confluían Pablo Gómez, Gilberto Rincón Gallardo, Heberto Castillo, Carlos
Navarrete y Jesús Zambrano, entre otros.
El esfuerzo de unidad de las diversas corrientes de
izquierda para aprovechar los espacios electorales de la incipiente democracia
mexicana, se fue disminuyendo ante los decepcionantes fraudes electorales, lo
que hizo que varios de los fundadores fueran migrando, poco a poco, mientras
que en Guerrero, el partido se fue consolidando con los llamados cívicos, la
corriente socialista, los viejos “pescados” y grupos de origen de izquierda más
radical, recogiendo la tradición de lucha del guerrerense, expresada en los
movimientos armados que dejaron cientos de hogares enlutados.
El PRD de Guerrero fue en su origen uno de los más
aguerridos del país y pronto se reflejó en triunfos electorales, convirtiendo a
la entidad en uno de los semilleros de votos de izquierda, junto a Michoacán,
Morelos, el Distrito Federal y en parte Oaxaca, en tanto las dirigencias
nacionales ensayaron nuevas prácticas electorales que les permitieron triunfos
en estados como Colima y Zacatecas.
¿Cómo llegó el PRD a incluir en su nómina a miembros como el
ex alcalde de Iguala José Luis Abarca, o el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero,
entre otros que siguen en activo y que con toda seguridad preparan sus maletas
para regresar al PRI?
Ese es un análisis que corresponde a los perredistas hacer,
pero el que un hombre sin formación absolutamente en la izquierda haya llegado
a ser el segundo al mando del partido y ahora se vaya a las filas del enemigo, en
plena campaña por la gubernatura, con una candidata representativa de la
izquierda real, es una calamidad que demuestra que el ensayo de José Revuelta,
El proletariado sin cabeza, está más vigente que nunca, que el pueblo, la gente
progresista, que lucha por la democracia, no tiene aún partido confiable.
Jorge Salgado Parra le debe una explicación al PRD y si no
la da él, la debe dar el presidente del partido, Celestino Cesareo ¿o acaso él
también está por irse? O ¿Acaso es verdad lo que dijo la candidata Beatriz
Mojica, de que con el PRI se cocina impunidad? ¿Impunidad de quién; de Aguirre
Rivero, de su padre Salgado Leyva, de él mismo?
Un viejo militante de izquierda decía ayer, a propósito del
ensayo de Revueltas, que uno, cuando se mete en problemas huye, se exilia, pero
no se entrega al enemigo a media campaña?
Que la política actual, es un asco.
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