TRASFONDO
ulio Zenón Flores Salgado
A 17 días de comenzadas, legalmente, las campañas de los
candidatos a gobernador, no han podido agarrar color: no han podido hacer, lo
que los expertos llaman “hacer clic”, con el pueblo. El ambiente electoral
permanece frío.
Las que más se han aproximado a levantar algo de ámpula han
sido los candidatos comunes del PRD-PT y PRI-PVEM, Beatriz Mojica Morga y
Héctor Astudillo. Al menos lo están intentando, sin embargo no han logrado
desbordarse a la calle, no han logrado entusiasmar a la gente.
Ambos abanderados sorprendieron ayer en Acapulco. Héctor
Astudillo tuvo una cálida recepción en Renacimiento y buena en los Barrios
Históricos, aunque en Pie de la Cuesta fue bastante desangelado el evento,
mientras que Beatriz Mojica llenó el salón El Faro, con la Unidad de Izquierda
Guerrerense (UIG), una de las organizaciones estatales más pequeñas del PRD,
que encabeza el ex precandidato Víctor Aguirre (célebre por un borrachazo en
Tlapa) y que sin embargo hizo su mejor esfuerzo y la recibió con salón lleno.
El mérito de ésta última reunión de Mojica Morga con la UIG
es precisamente la incorporación de lleno de esa corriente a la campaña, lo que
da señales, al fin, de la operación cicatriz, que los perredistas le pedían con
vehemencia.
A la candidata del PRD, sin embargo, le falta aún la labor
con las dos más importantes de la entidad: con el Grupo Guerrero, de David
Jiménez Rumbo, de donde ya se le desprendió el diputado federal Silvano Blanco
de Aquino y con la Coduc, que encabeza el diputado federal Sebastián de la Rosa
y cuya ausencia en la campaña se ha notado bastante.
La perredista no ha bajado la guardia y está tratando de
realizar actos masivos, algunos de ellos bien logrados como en Acapulco y Tierra
Caliente, pero no al nivel que se esperaba del PRD y es que sigue atrapado en
una lucha intestina que no se ha resuelto, por la repartición de las
candidaturas a diputado, cuyo plazo para el registro está cerca de vencer, y
bajo el fuego de otros partidos, otrora aliados, que han enfocado sus baterías
a desfondarla, para conseguir, esa es la peregrina idea, que al sentirse débil,
opte por declinar a favor de alguno de esos que se consideran candidatos de
izquierda.
Es posible que la campaña perredista cobre su verdadera
dimensión hasta pasado el plazo de registro de los candidatos a diputados
federales y locales así como de ayuntamientos y entonces tendrá que desplegar
una actividad desaforada para recuperar terreno.
Y es que en el PRI las cosas comenzaron al revés de cómo
iniciaron en el PRD. Héctor Astudillo arrancó campaña sin movilizaciones y en
esta semana que termina, comenzó a incursionar en ellas, aunque, como dijimos
al principio de esta columna, aún se miran muy tímidas.
Los recorridos por las calles, con tambora y toda la cosa,
son tradicionalmente conocidos como baños de pueblo y son los que le ponen
sabor a las campañas y lo que hace que la gente se empiece a emocionar. Así fue
ayer en Acapulco, pero el impacto aún fue reducido.
Al PRI le falta solucionar 23 municipios, entre ellos
Acapulco, Ometepec, Atoyac y Coyuca de Benítez, que aportan un buen caudal de
votos. La campaña llevará a su climax cuando éstos se metan de lleno a la
campaña y no miren de reojo, como han hecho hasta hoy, sobre todo los grupos de
algunos precandidatos que están a la espera de ser nominados y que mantienen la
expectativa de que de no hacerlo apoyarían a otros partidos.
Es posible que a los partidos le haga falta un plan B, es
decir, un proyecto de campaña de los candidatos, al margen de los arreglos del
partido entre sus corrientes, y dejar pendiente el asunto de la estructura,
hasta que eso esté plenamente concluido.
Por lo pronto, ahí están a la vista unas campañas tibias
tirándole a frías. De los otros partidos, los comentarios sobran, pues ni se
esfuerzan, ni se ven, ni le importan a sus candidatos o sus partidos, menos a
la gente del pueblo.
www.facebook.com/juliozflores
0 Comentarios
¿Qué te pareció esta información? ¿Qué nos falta?