TRASFONDO
Julio Zenón Flores
Las candidaturas para la alcaldía de Acapulco están
prácticamente definidas entre las principales fuerzas políticas, no obstante,
mientras no sean registradas en el Instituto Electoral de Participación
Ciudadana(IEPC), todo puede suceder, como se ha demostrado con el vuelco que
dieron las cosas en el PRD, cuando todo mundo pensaba que la plancha estaba
lista para que los aguirristas avasallaran a las demás corrientes y se quedaran
con la candidatura a gobernador y las de los principales municipios de la
entidad.
En el PRD, por
ejemplo, aunque todo apunta a que el candidato sea Evodio Velázquez Aguirre,
habrá que esperar al 1 de marzo en que sea esto ratificado por la convención
electiva, ya que además de él, aspira a ser el abanderado para buscar la
presidencia municipal, el ex secretario de seguridad pública estatal, Ramón
Almonte Borja, quien pertenece a la corriente del Movimiento Jaguar, por lo
cual el líder de Nueva Mayoría ha guardado un prudente silencio, a la espera de
los acontecimientos.
En el PRI, las versiones que corrían hacia una presunta
alianza Figueroa-Aguirre, que hacía prácticamente imposible detener la
candidatura del junior Rubén Figueroa Smutny, se vinieron abajo abruptamente
con la definición de la corriente aguirrista para apoyar a Beatriz Mojica
anunciada ayer por el senador Sofío Ramírez Hernández, en una conferencia de
prensa realizada en la ciudad de México, junto con el presidente perredista, lo
que quiere decir que esa corriente seguirá teniendo espacios en el partido del
sol azteca.
De esa manera los cartones de los aspirantes priistas
vuelven a quedan empatados entre Figueroa, Fermín Alvarado Arroyo y la señora
Julieta Fernández Márquez; además de ellos, pero con menores posibilidades
están los migrantes César Varela Blanco, que se fue al partido Convergencia y
acaba de regresar a su militancia priista, así como César Flores Maldonado, que
pese a ser un excelente operador político y contar con importante respaldo de
bases sociales, tiene el pecadillo de haberse ido al PRD, donde fue diputado
federal, para regresar hace poco al redil tricolor.
Eso hace que las cosas en el PRI si parezcan complicadas, en
especial porque entre las corrientes que postulan a los más representativos,
Fermín, Rubén y Julieta, no hay negociación posible y sólo habrá, digamos
sometimiento, cuando sus líderes nacionales acuerden.
De las fortalezas de estos tres personajes diremos que
Figueroa tiene mucho dinero y las elecciones se han definido en mucho por lo
que se reparte el día de la elección. Hay quienes dicen que el sufragio llega a
costar hasta 2 mil pesos en las últimas horas del día “d”. Fermín y Julieta no
tienen dinero, pero tienen una buena presencia social, uno porque ha hecho un buen
papel de delegado, aunque su problema sería que no tiene el respaldo de un
grupo fuerte en las lides nacionales, y la otra porque ha mantenido desde hace
años una presencia ininterrumpida con las comunidades y sectores más pobres de
Acapulco, con el respaldo de uno de los dos últimos sectores en los que la
gente tiene confianza.
Da la impresión de que por presencia nacional, la pelea sólo
está entre dos: Julieta y Rubén y que, si el PRI no quiere enfrentar los
fantasmas de las masacres, como la de Aguas Blancas y El Charco, entonces
tendrá que postular a la señora Fernández, quien tendría a su favor ser la
única mujer que aparecerá en la boleta, junto a diez varones que aspiren
también a la alcaldía y, le dará al PRI una cuota de género. Y eso pesa.
Julio Zenón Flores. Marketer, Politólogo y Periodista. |
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