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De Ayotzinapa al voto en blanco


TRASFONDO

Por Julio Zenón Flores


Las conclusiones presentadas por Jesús Murillo Karam, titular de la Procuraduría General de la República (PGR) sobre el caso de la desaparición de los jóvenes estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, en Guerrero, con la inclusión de un personaje denominado El Cochiloco, me recordó sin lugar a dudas la película El Infierno, donde ese personaje es interpretado por el genial actor Joaquín Cosío y de alguna manera me llevó a pensar que esas conclusiones, junto con los videos y las explicaciones, bien pudieron ser dirigidas, producidas y escritas, por Luis Estrada, quien también dirigió El Infierno.
Según eso, que pretende ser un carpetazo, todo fue producto de un grupo criminal, Guerreros Unidos, que ya fue desmantelado, por lo tanto el asunto se acabó y tan tán, a otra cosa mariposa. Pero tenía que hacerse un libreto para hacer una película creíble de los hechos, luego de un prolongado hostigamiento mediático a quienes se mantuvieron luchando por encontrarlos con vida y de apostarle al cansancio de ese movimiento.
El caso es que si bien al parecer el grupo mencionado fue golpeado sin misericordia al dejar expuestas sus relaciones con entes de gobierno, no se ha hecho justicia real a los familiares de las víctimas, ni se ha llegado al fondo del asunto y el gobierno federal actúa como si alrededor todo estuviera bien, como si el único problema de lo que pasó es ese cartel y no el contexto que prohijó esas relaciones narco-gobierno-partidos políticos.
Al parecer el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, con su imagen maltrecha, por culpa de ese grupo al que descargó toda su ira, no quiere reconocer la situación real de la entidad guerrerense y pese a que hay 13 ayuntamientos intervenidos por sus posibles vínculos con el crimen organizado, pese a que hay miles de soldados cuidando escuelas de Acapulco, Tierra Caliente y Chilpancingo, pese a que las carreteras están blindadas por un operativo federal, pese a que marinos y federales dirigen hasta el tránsito vehicular en Acapulco (como en los países derrotados en guerras), quiere hacernos creer que todo está bien y que las elecciones deben celebrarse para elegir gobernantes, sin haber saneado a los partidos ni a los organismos electorales.
Quieren que los guerrerenses vayamos a fuerza a una elección donde no hay opciones, para elegir más que a los mismos personajes de los mismos partidos, que permitieron o fueron parte, de lo que pasó en Iguala, mientras Peña Nieto y el gobernador Rogelio Ortega dicen que no debemos permitir que eso suceda nunca más.
¿Entonces?
¿Qué película nos queda?
O quizás, debamos proponer una novela. La del escritor  José Saramago: Ensayo sobre la lucidez e ir a votar en blanco, para demostrar al este sistema que no estamos de acuerdo con él, de manera pacífica.


LA CHICA RALEIGH, la mejor novela de los últimos tiempos, de un autor acapulqueño. ADQUIERELA YA en puestos de revistas o pídela a zenon71@hotmail.com

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