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Don Sofío el fino



Por: Aristóteles el Griego

A partir de mi entrega titulada “La Pobreza de Sofío”, recibo varios correos de lectores que tienen el gusto de conocer al senador perredista Sofío Ramírez Hernández, y me comparten diversas formas en que ejerce la política con un muy peculiar estilo: la explotación de la pobreza como medio para conectar con la gente.
Me dice alguien que vivió más de 10 años en el municipio de Tlalixtaquilla que cuando Sofío Ramírez llegó a la cabecera municipal desde su comunidad de origen, La Luz de Juárez, lo hizo “con una mano atrás y otra adelante”, pero como tuvo a su cargo de 1999 a 2002 la Dirección general del Servicio Estatal de Empleo utilizó los recursos para engatusar a la gente y que votara por él para presidente municipal.
Otro lector me comenta que en sus campañas por la presidencia y la diputación local, “Sofío lloraba por la desaparición de su hermano en Estados Unidos de América, prometiendo q iba a generar fuentes de empleo para evitar que la gente saliera de sus comunidades”.
Agrega: “pero esas lágrimas fueron más falsas que un billete de tres pesos, porque cuando llegó a ser presidente saqueó el Ayuntamiento y robó a muchísimas personas de escasos recursos con los famosos proyectos productivos a fondo perdido, que solamente le ayudaron a llenar los bolsillos”.
Y sobre el discurso que maneja Sofío Ramírez de que Guerrero no puede ser gobernado por aristócratas, sino por gente de origen humilde, nos comparte:
“He sido testigo de cómo Tlalixtaquilla desde q él lo gobierna se ha mantenido dentro de las comunidades sin crecimiento ni desarrollo, ya que no cuenta con los servicios mínimos intradomiciliarios como drenaje o agua potable, y no cuenta con un Centro de Salud digno”.
Además, dice, que son obras que cuando el senador fue priísta y las gestionaban los perredistas nunca las quiso hacer y en cada campaña las utiliza como promesas que nunca cumple.
Otro correo nos invita a visitar ese municipio ubicado en la región Montaña de Guerrero:
“Me gustaría que cuando pueda visite Tlalixtaquilla y se dé cuenta de las obras fantasmas que inventa para poder robarse el dinero, porque después de él todos los presidentes municipales que han llegado han sido gente de su equipo, buitres que compran los votos y amenazan y hostigan a la gente que no los quiere”.
Y agrega que es tal el repudio de la gente hacia Sofío, que “en la cabecera le ha costado uno y la mitad del otro ganar, por eso ha castigado a la cabecera negándole obra social”.
¡Qué tal!
Don Sofío, además se ser un excelente usufructuario de la pobreza, es cínico, ladrón, corrupto, cacique… y revanchista vengativo… una finísima persona, pues.


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