Por Julio Zenón Flores
A las 3:00 de la mañana, el show del JJ, toma un tono casi
familiar, entre los noctámbulos acapulqueños y los turistas que se negaron a
dejarlo ir cuando él anunció el final de su presentación, en un salón junto a
la playa, desde donde se dominan las luces de la bahía de Santa Lucía.
Entre trago y trago, el comediante se posesionó del
personaje de Juan Gabriel, que se llevó la mayor parte de las cuatro horas que
duró esa relación amistosa que se estableció entre el JJ y el público, que se
le entregaba en pleno deleite.
Vestido de negro, con una casaca de seda con motivos
dorados, el comediante dio una muestra de los escenarios de media noche, que se
echan al público a la bolsa, presentando sólo un par de personajes, entre ellos
el indígena yucateco y el propio divo de Juárez, y se dio tiempo para firmar
autógrafos, entre la gente que no quiso irse sin la firma y el disco.
Al filo de las cuatro de la mañana, cuando advirtió que
cantaría la última melodía, de la autoría de Juan Gabriel, El Noa Noa,
acompañado de una coreografía de bellas bailarinas y una decena de músicos,
dijo que a esa hora se rompían las barreras entre los asistentes y el del show
y exhortó a que lo vean en sus nuevos personajes este fin de semana en el mismo
salón de la playa Icacos, en Acapulco.
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