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El PAN de Peña



TRASFONDO

Por Julio Zenón Flores
El resultado de la elección interna del PAN es un atisbo apenas de lo que ya es hoy la operación política del PRI del presidente Enrique Peña Nieto y nos recuerda en mucho lo que fue el PRI de Carlos Salinas de Gortari.
Gustavo Madero, ya reelecto presidente nacional del PAN es, digámoslo con mucha delicadeza, de la línea concertadora, de los que no están dispuestos a construir una oposición real; para quien es mejor contribuir a fortalecer una clase política más o menos homogénea, que pueda alternarse en el poder sin mayores sobresaltos, sobre la base del reparto del botín, para que todos estén contentos. Eso se llama, en los círculos de la ciencia política, ser una oposición leal, en vez de real. Todos están dispuestos a sostener y fortalecer un estado de cosas, un “status quo”.
Nadie ignora que en la elección del panismo, los estrategas tricolores, el poder presidencial del PRI, pues, operó a favor de Madero. La oposición real, los panistas de viejo cuño, representados por Ernesto Cordero, tendrán que esperar otra oportunidad, tendrán, primero, que dar la lucha ética, anunciada por el candidato perdedor, al interior del PAN, para volver a convertirlo en un partido de lucha, de oposición real, pues por ahora, con Madero al frente, seguirá siendo un satélite del sistema, sin que ellos represente necesariamente un debilitamiento del blanquiazul. Puede representar, incluso lo contrario, es decir, un fortalecimiento, como el que tuvo ese partido durante el gobierno de Salinas de Gortari, cuando ganaron las primera gubernaturas, no por sus votos reales, sino en la mesa de negociación, en lo que se dio en llamar en ese tiempo la “concertacesión”.
Y cuando decimos que la elección del PAN, operada desde los Pinos, para hacer ganar al concertador Madero, es un atisbo de la política priista de Pela, es porque ahí viene también la elección de dirigentes en el PRD, donde el priismo oficial tiene también a su candidato y todo apuntaría en el sentido de que él es quien ganará la elección. De esa manera, el presidente Peña tendría en las cúpulas del PAN y del PRD, a sus aliados, lo cual le garantiza un gobierno sin sobresaltos en los próximos tres años y en consecuencia, la consolidación de sus reformas puestas en marcha desde el principio de su gobierno.
La situación tendrá su repercusión directa en las elecciones a puestos de representación popular, pues ahora será más fácil ponerse de acuerdo, en las cúpulas, PRI, PAN PRD, sobre quién o quienes gobernarán tanto estados como municipios, con lo cual, los grupos locales de cada partido, pierden toda posibilidad de incidir en las candidaturas y en los resultados.
¿Cómo impactará en Guerrero? Eso lo abordaremos en el siguiente artículo.
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