Gallery

header ads

El extraño caso del monstruo marino que azotó a Acapulco

Rafael Paz

Acerca de Rafael Paz

Truffaut aseguraba que los amantes del cine eran gente enferma y que nadie nace diciendo “quiero ser crítico de cine”. Editor en jefe en ButacaAncha.com y blogger en El Financiero.
Escrito por en abril 19, 2013
Especial.
Especial.
Vuelve a la vida, el documental de Carlos Haggerman, relata con nostalgia y humor cómo un valiente instructor de buceo liberó al bello puerto de una amenaza marina en los años 70.

Dicen que el vuelve a la vida es un platillo que levanta muertos. Un manjar plagado de mariscos capaz de transportar tu mente y paladar a esa playa de tus recuerdos. Esa de la fina arena y la roqueta, la misma de la helada cerveza en la mano. Una sensación parecida deja el nuevo documental de Carlos Haggerman: Vuelve a la vida (2012)
La historia es sencilla. En los años 70, una tintorera —una especie de tiburón— atacó a varias personas en Acapulco. Un atrevido y valiente instructor de buceo, Hilario Martinez Valdivia, alias “Perro Largo”, decidió que lo pescaría y daría fin a su temporada de terror.
Al mismo tiempo que esa anécdota es recreada, Haggerman nos introduce a la vida privada de Hilario Martínez y su relación con la norteamericana Robin Sidney —que es casi como el sueño guajiro de los 3 lancheros bien picudos (Adolfo Martínez Solares, 1989)—. Conocemos a sus hijos, hijastros, a sus amigos y cómo ese recuerdo y otros se han ido agrandando, agigantando con el paso de los años.
¿Cómo pasaste de conocer la anécdota sobre el tiburón a hacer una película sobre ella?
Carlos Haggerman (CH): «Vuelve a la vida surge de estar con amigos. Es muy bonito, porque finalmente la película te trae esta sabrosura que es platicar con la gente, tomar una cerveza, convivir. Así empezó la película y así terminas cuando la ves.
«Como cuando alguien cuenta una historia y todo mundo dice “ah, sería buenísimo hacer una película”. Suena a cliché, así pasó. Estábamos con un grupo de amigos de vacaciones en semana santa, y de repente le dicen a John: “oye, ¿por qué no le cuentas a Carlos la historia del tiburón?” John la empieza a platicar y yo digo: “a ver, ¿por qué yo no sabía esto de ti? Espérame tantito, ¿alguien trae una camarita?” Nos empieza a contar la gran historia de Hilario Martínez Valdivia, mejor conocido como el “Perro Largo,” que algún día salvó Acapulco de una tintorera asesina que patrullaba la bahía. Ésa es una de las leyendas.
«Es una película que se trata de un gran contador de historias y está narrada por grandes contadores de historias, personajes que con su manera costeña y divertida te van contando la leyenda. Y es como estar oyendo esas historias sobre tu abuelo, abuela, tío abuelo, que hizo esta gran cosa y que cada vez con el tiempo se van volviendo más épica, más importante. Que te hacen sentir que cerca de ti hay alguien que es especial.»

Nostálgico sería el adjetivo más adecuado para describir Vuelve a la vida. Nostalgia por ese lugar idílico en que muchos mexicanos han pasado sus vacaciones. También, el sentimiento aparece por la pérdida de estos grandes personajes populares que con el paso de los años y el boca en boca se convierten en leyendas. ¿En esta época de florecimiento tecnológico cuántos niños/jóvenes se sientan a escuchar las aventuras de sus abuelos?
¿Es Vuelve a la vida un documental sobre la nostalgia?
CH: «Sí, es nostálgica porque todos tenemos nostalgia por Acapulco. Muchos mexicanos la sienten. Yo fui de vacaciones ahí cuando era niño, de adolescente y voy ahora que tengo mi propia familia. Le genero a mis hijos una memoria de ese lugar, es el mar al que vas de vacaciones, donde vas por la carretera y los niños esperan el momento en que la curva te descubre el mar. Todo eso te lleva a un lugar donde pasaste vacaciones con tu familia, es un recuerdo feliz.
«Además, evoca a una época de Acapulco donde era más glamoroso. Era el Acapulco de los Kennedy, de los grandes artistas de la época, donde Johnny Weissmüller se quedó a vivir. De alguna manera puedes sentir eso en el documental. Gracias también a la música. Tenemos un gran soundtrack musical, de Tiburón a la vista hasta Agustín Lara con Solamente una vez, desde las grandes orquestas de Mariano Mercerón hasta cumbias colombianas. Es el aderezo final de un cóctel, si le pones su sal, su pimienta y su chilito te va a saber mucho más rico.»

Si algo se le puede reprochar a Vuelve a la vida es que presenta a sus personajes de manera un poco confusa, no es hasta los últimos minutos del documental que somos capaces de relacionar este gigantesco árbol genealógico que tiene como figura central a “Perro Largo.” Por cierto, el apodo le vino gracias a que despojó a alguien de una oreja soltándole un mordisco.
John Grillo, hijo de Robin e hijastro de Hilario Martínez, es quien carga con las partes más importantes en la narración de la cinta y su presencia, sirve como reflexión sobre la pertenencia. John nunca fue totalmente aceptado en Acapulco por ser gringo y en Estados Unidos es visto como un paria por comportarse como mexicano. Situación que el director ya había abordado en su anterior trabajo, Los que se quedan (2008), el cual co-dirigió con Juan Carlos Rulfo.
¿Cuánto tomó la producción del documental? ¿Desde que escuchaste a John por primera vez hasta el estreno?
CH: «Casi siete años. Siete años que fueron de poquito a poco con amigos. Es una película en la que nos juntamos amigos entrañables, donde “oye, ¿me puedes prestar tu cámara? ¿me ayudas con la asistencia de cámara? ¿puedes venir a fotografiar las escenas submarinas?” Entonces, se fue haciendo poquito a poco. Se siente eso, no es una producción grande. Es el gran cariño y la amistad lo que va llevando la película.
«Es una película sobre la familia y se siente que eso empapa todo el ambiente de la filmación.»
¿Cómo se conecta Vuelve a la vida con Los que se quedan?
CH: «Yo empecé a hacer Vuelve a la vida antes que hacer Los que se quedan. Cuando estaba editando Vuelve a la vida surgió el otro proyecto, le dimos pausa y nos pusimos a hacer Los que se quedan. También eran historias de familia.
«Juan Carlos (Rulfo) es una persona importante en mi vida. Juan Carlos es un gran amigo, desde hace muchos años, que siempre me había estado jalando hacia el documental.»

A diferencia de muchos directores nacionales y extranjeros, Carlos Haggerman no piensa que el haber terminado y estrenado su película marque el fin del proyecto. Al contrario, es sólo el comienzo de una nueva etapa.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
CH: «Ahorita, mi proyecto principal es que todo México vea Vuelve a la vida. Es un gran proyecto. Nosotros pensamos que las películas se acaban cuando las terminas de hacer, es como pensar que un bebé se acaba en el momento en que nace. Igual con una película, terminas y ahora la gente la tiene que ver, tienes que ir a festivales. Vuelve a la vida estuvo en competencia en festivales de Roma, España, Francia, Brasil, y en todos estos lugares fue la misma reacción: la gente se la pasó bomba, las carcajadas eran iguales de franceses, brasileños y españoles. Porque también en estos países existen estos seres anónimos, a los cuales la gente le encanta ver en la película.»
¿Hay un boom de cine documental mexicano?
CH: «Absolutamente. Cada vez que voy a ver una película de mis colegas, se me hace que se están haciendo cosas muy interesantes. Si tú revisas la programación de los festivales, te darás cuenta que están ganando muchos premios. En México hay un gran interés por esta manera de contar las historias.»
¿Es mejor que el cine de ficción mexicano?
CH: «Las dos son películas. Creo que se hacen películas interesantes de diferentes maneras. Yo estoy más apegado a ciertas películas, pero es un gusto personal. Yo no puedo decir que una cosa sea mejor que la otra. Sería absurdo…»

Contacto:
@pazespa
http://pazespa.tumblr.com/
http://butacaancha.com/

Publicar un comentario

0 Comentarios