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Peña Nieto y la realidad que viene.

Por: Esteban Valdeolivar.

El gobierno que inicia el presidente electo Enrique Peña nieto el próximo 1 de diciembre encontrará un entorno económico de contrastes: por un lado, según el Banco de México la crisis financiera de Europa no le afectó tanto, pero al mismo tiempo las cifras oficiales de la economía interna no parecen muy favorables.

De acuerdo con el gubernamental Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 46,2% de la población, unos 52 millones de mexicanos, viven en condición de pobreza. El desempleo alcanza al 4,8 % de la población económicamente activa, pero según el Instituto Nacional de Geografía y Estadísticas más de 14 millones de personas sobreviven en la economía informal.

Para mejorar la economía Peña Nieto plantea aumentar la participación de inversión privada en la industria energética, especialmente la extracción y procesamiento de petróleo, con un modelo parecido al de la paraestatal brasileña Petrobras. También propone una reforma fiscal con impuestos progresivos, así como un cambio a las leyes laborales que promueva la creación de empleos. En su estrategia pretende mantener los programas y subsidios sociales del gobierno actual, como el llamado Oportunidades que ofrece empleo temporal a jóvenes en situación de pobreza.

México vive la más intensa ola de violencia e inseguridad en los últimos 80 años, según especialistas. Aunque se desconoce la cantidad real de personas que han muerto en la guerra contra el narcotráfico, organizaciones civiles insisten en que la cifra es mayor a 60.000 víctimas desde 2006. Hay, además, unas 5.000 personas desaparecidas, según conteos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Al inicio del gobierno de Felipe Calderón en el país operaban cuatro carteles de narcotráfico. Ahora, según autoridades y especialistas, en México hay al menos siete organizaciones con capacidad de exportar drogas. Cada año, según la Secretaría de Hacienda, unos US$10.000 millones de actividades ilícitas entran al sistema financiero del país, pero según el gobierno de Estados Unidos esta cantidad podría ser tres veces mayor. En el combate al narcotráfico el gobierno que termina despliega diariamente a unos 45.000 militares.

La estrategia contra la inseguridad que ofrece el presidente electo contempla, entre otras acciones, mantener a las fuerzas armadas en el combate a los carteles de la droga, además de crear una nueva corporación a la que llamaría Gendarmería Nacional integrada por civiles y militares. También pretende mantener la colaboración con agencias de seguridad estadounidenses, aumentar el número de efectivos en la Policía Federal y concentrar el mando de las corporaciones locales en direcciones estatales. Dentro de su plan contra la violencia Peña Nieto contrató al ex director de la Policía Nacional de Colombia, Óscar Naranjo, como asesor en materia de seguridad y ha dicho que está en contra de la legalización de las drogas, aunque se mantiene abierto a un debate sobre el tema.

Para el gobierno que termina, como otros en el pasado, la relación diplomática más importante se mantuvo con Estados Unidos. Sin embargo, el presidente Calderón mantuvo también una relación importante con los países de Centroamérica, e incluso rescató los vínculos con Venezuela, que resultaron dañados durante el gobierno de Fox. Pero algunos especialistas han criticado el respaldo de Calderón a algunos disidentes cubanos, lo cual llevó a un enfriamiento en las relaciones de ambos países. También han señalado que México no hizo lo suficiente para aprovechar espacios comerciales en América Latina, que fueron en cambio ocupados por Brasil.

Enrique Peña Nieto propone una política exterior que se base en siete puntos, entre los que destaca una mayor integración con América del Norte, aumentar la cooperación con Centroamérica y el Caribe, recuperar la interlocución con los países de América del Sur y un mejorar las relaciones con la Unión Europea. De acuerdo con analistas, es previsible que se restablezca la relación con Cuba, pues desde 1959 los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) han sido aliados de Fidel Castro. Pero será, ante todo, una política exterior pragmática que privilegie, por ejemplo, los vínculos tradicionales con la Casa Blanca y mantenga el impulso a iniciativas internacionales de libre mercado. Su reciente gira a Guatemala, Colombia, Brasil, Chile, Argentina y Peru, marcan la estrategia a seguir: la colaboración conjunta en el combate a la delincuencia organizada, el fortalecimiento del comercio internacional y la integración regional latinoamericana.

Su próximo viaje de cabildeo al continente europeo, abre una nueva expectativa para mejorar las relaciones políticas y comerciales con países que representan para Mexico inversión  solida. Pero usted amigo lector que hace el favor de leerme, tiene como siempre la mejor opinión.

 
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